ENCUENTRO EN PARÍS
El presidente francés, Emmanuel Macron, y el jefe de Gobierno de España, Pedro Sánchez, propondrán a sus socios de la UE la creación de centros de desembarco "en suelo europeo" desde donde se gestione la situación de los inmigrantes y se les reparta a los países de Europa. "Necesitamos un camino claro de solidaridad, no tratar caso por caso", declaró Macron en París, al término de un almuerzo en el Palacio del Elíseo con el presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez.
En la conferencia de prensa conjunta que ofrecieron Macron y Sánchez, el presidente del Gobierno español se refirió también a la situación del barco Lifeline, que está en el mar desde hace más de dos días con cerca de 230 migrantes a bordo, a la espera de que algún país le autorice a atracar en un puerto seguro, ante la negativa de Italia y Malta. "Apoyamos, por supuesto y como no puede ser de otra manera, la propuesta que hacemos conjunta de Francia y España a Italia para resolver" la situación de este buque, dijo el jefe de Gobierno español.
En relación con los centros de desembarco para inmigrantes, Macron explicó que su propuesta, abordada ya con la canciller alemana, Angela Merkel, consiste en crear "centros cerrados en suelo europeo", en los que se tratarían los expedientes de los demandantes de asilo para agilizar los trámites y para devolver a sus países a aquellos que no gocen de ese derecho.
"Lo que discutimos mañana (en Bruselas) es que, en primer lugar, el desembarco debe respetar el principio humanitario de socorro", detalló Macron, quien dijo que su propuesta es diferente a la del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, favorable a crear "plataformas" en los países africanos de origen y de tránsito.
Según detalló el mandatario francés, la iniciativa que consensuó con Merkel son centros que se basan en lo recomendado por la ONU y bajo la máxima de que "lo más cercano es lo más seguro" para el desembarco de los inmigrantes.
"Es una solución de cooperación que respeta el derecho", apreció Macron, quien alertó a no ceder a la "hipersimplificación y a la manipulación", en alusión a los populistas que gobiernan varios países. "Es cierto que hay escepticismo, pero la clave en Europa es que haya eficacia y humanidad al mismo tiempo", agregó el mandatario, quien reconoció los fallos del actual sistema de asilo europeo de Dublín. Macron juzgó que el mal que se cierne en Europa es una "crisis política" de la que se han aprovechado los populismos y los extremismos y aseguró que "cerrar fronteras" no es la solución.
"Un país como Italia no ha tenido la misma presión migratoria que el año anterior. Las llegadas han disminuido más de un 80% por la cooperación con Libia", indicó. El presidente francés puso como ejemplo a España en la gestión de la crisis de los cayucos en la década pasada, cuando Madrid logró un acuerdo migratorio "muy pragmático" con Senegal de "respeto mutuo".
El encuentro con Macron ha sido el primero de una serie de contactos previos al Consejo Europeo de los días 28 y 29, donde los líderes deberían buscar un acuerdo después de meses de enfrentamiento por la gestión de las fronteras y la reforma del reglamento de asilo.
Sánchez tiene prevista una visita a Berlín, el 26 de junio, pero antes de eso pasará el domingo 24 por Bruselas, donde el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha convocado una cumbre informal para tratar de acercar posiciones antes del Consejo Europeo.
De hecho, la canciller alemana, Angela Merkel, ha tratado de rebajar las expectativas sobre esta cumbre, recalcando que no habrá conclusiones, solo una reunión de trabajo. A ella estaban convocados originalmente los líderes de Francia, Alemania, España, Italia, Grecia, Bulgaria, Austria y Malta, y también se han sumado Bélgica, Países Bajos, Croacia, Eslovenia, Dinamarca, Finlandia, Suecia y Luxemburgo.
La portavoz del Gobierno español, Isabel Celaá, ha defendido este viernes que el "catalizador" de esa reunión fue la decisión de Pedro Sánchez de acoger en España el buque Aquarius, con 630 migrantes a bordo, después de que tanto Italia como Malta le cerrasen sus puertos.
El Ejecutivo de Sánchez considera que esa decisión ha sido un aldabonazo que obligará a los países miembros a abordar seriamente el tema de la política migratoria y no dejarlo pasar como un tema más de la agenda. De hecho, el Gobierno español ha evitado cargar las tintas contra Italia, porque entiende que la gestión de las fronteras exteriores debe ser común y no dejar toda la responsabilidad en manos del país fronterizo de turno.
Sin embargo, la discusión no ha hecho más que empezar y la canciller alemana está bajo la presión de la CSU, el partido 'hermano' en Baviera de la CDU, que le ha dado un plazo de 15 días para alcanzar un acuerdo europeo.