DOS DÍAS CON UNA AGENDA CARGADA
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no mantendrá ninguna reunión con disidentes cubanos en la visita oficial que hará mañana y pasado a la isla, en compañía de un grupo de empresarios españoles, aunque sí podría plantear la situación de los presos políticos al presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel. La visita de Sánchez a La Habana, la primera de un presidente de España después de la que hizo Felipe González hace 32 años, tiene como objetivo profundizar en la normalización de relaciones que ya existe entre la Unión Europea y el Gobierno de la isla e impulsar políticamente la que tienen españoles y cubanos en los ámbitos social, cultural y económico.
Además de la reunión bilateral que Sánchez mantendrá con Díaz-Canel y de la cena posterior en el palacio presidencial, el presidente español celebrará un gran encuentro con unos 800 representantes de la sociedad civil en la residencia del embajador. Tras confirmar que no hay ningún encuentro previsto de Sánchez con la oposición, en Moncloa recuerdan que ninguno de los presidentes de países europeos, ministros o papas que han ido a La Habana en los últimos años ha mantenido encuentros de ese tipo.
"Aunque el listón para nosotros está un poco más alto, el presidente no hace nada distinto de lo que han hecho otros", señalan fuentes del Ejecutivo, que recalcan que Sánchez "hablará de todo" con Díaz-Canel y que lo que se busca es que haya un "diálogo franco" entre España y Cuba al más alto nivel. En ese marco, el Gobierno español asegura que, a la hora de conseguir la liberación de presos políticos, "cuanta más reserva haya, mejor, porque se trata de ser eficaz, no de ponerse medallas".
El Gobierno cubano no reconoce a la disidencia interna y niega que en las cárceles de la isla existan presos políticos, aunque la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (Ccdhrn), única organización opositora que hace un seguimiento mensual sobre la represión en el país, documentó en octubre 202 detenciones arbitrarias de corta duración por motivos políticos a opositores y activistas independientes y cifró en 120 los presos políticos en cárceles cubanas.
Pedro Sánchez volará mañana a La Habana acompañado del ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, y de la titular de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, así como de un grupo de 24 empresarios de distintos sectores y tamaños de negocio, desde responsables de pymes hasta compañías del IBEX 35. Entre ellos, está previsto que viajen con Sánchez altos directivos de Telefónica e Iberia, así como del presidente de AENA, Jaime García-Legaz; de la CEOE, Antonio Garamendi, y de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet.
Desde el gabinete de Presidencia del Gobierno recalcan que se ha buscado una "representatividad transversal" de las empresas que están operando con Cuba y que volar en el avión del presidente "no da ni quita nada, porque lo importante es estar en el foro" empresarial hispano-cubano que inaugurarán Sánchez y Díaz-Canel el jueves, día 23. Un foro que analizará posibilidades de negocio en materia de energías renovables, turismo e infraestructuras, y en el que se han inscrito representantes de unas 200 empresas.
En la bodega del avión presidencial viajará la emblemática "silla de Maceo", del general cubano y segundo jefe del Ejército Liberador de Cuba, Antonio Maceo, que el propio Sánchez entregará en La Habana al Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, 121 años después de que fuera requisada como botín de guerra por el general mallorquín Valeriano Weyler y trasladada a Mallorca. La pieza, hecha de un tronco de palmera, ha sido cedida durante dos años por el Ayuntamiento de Palma, para una exposición temporal sobre el militar cubano que se abrirá a principios de diciembre en el Palacio de los Capitanes Generales de La Habana.