UNA SEMANA ANTES DEL CONGRESO NACIONAL DEL PARTIDO
La líder de UPyD, Rosa Díez, no duda en afirmar que su partido va para arriba y que "el tiempo y las necesidades de la gente" corren a favor de ese proyecto aún nuevo, que ahora busca rematar su consolidación para ser "decisivo" en la formación del Gobierno. Y lo será. Las próximas generales, asegura.
Una semana antes del segundo congreso de UPyD, Rosa Díez se muestra muy contenta con el crecimiento "constante y permanente" que está teniendo su partido, lo está haciendo con "tranquilidad" -afirma- porque su objetivo en todo momento es el interés de los ciudadanos y no el rédito electoral.
"No tenemos prisa", dice con aplomo, totalmente segura de que UPyD va por buen camino y de que las líneas maestras de su política, aquellas que alumbraron su puesta en marcha, tienen que mantenerse. Por eso cree que para seguir sumando apoyos, UPyD no tiene que cambiar ni una sola coma de su proyecto inicial. Y no lo dice ella, se lo dicen en la calle. Esa es precisamente la principal apuesta de la candidatura de Rosa Díez al congreso de noviembre: "seguir fiel" a esos principios que dieron origen a UPyD en 2007.
Una fidelidad que cree que le ha reportado pingües beneficios puesto que ha multiplicado -hasta casi por ocho, de acuerdo con las encuestas- el apoyo electoral que tenía originalmente. Por tanto, y pese a la extrema dificultad que tiene para penetrar en Cataluña y también, aunque algo menos, en el País Vasco, ni se plantea hacer concesiones a los nacionalismos.
UPyD, recuerda, surgió como un partido nacional, que defiende el Estado "sin complejos" y "sin cálculos". Se mantiene en la defensa de un modelo de Estado federal, con corresponsabilidad política, y que el Gobierno central recupere algunas competencias clave como la educación. Y no dudaría en poner patas arriba el modelo autonómico para eliminar muchas duplicidades y privilegios, que, en su opinión, están lastrando la recuperación y la sostenibilidad del país.
Este será uno de los debates esenciales del congreso nacional, que se celebrará los días 1, 2 y 3 de noviembre, en el que estará muy presente el órdago secesionista de Cataluña y también la posición "pasiva" e incluso "cobarde" del Gobierno central. Rosa Díez acude al cónclave con una propuesta diseñada "más hacia fuera que hacia dentro" del partido, "pensando en las personas" y en cómo ser un instrumento útil para "ayudar a regenerar la democracia" y superar esta larga crisis económica.