EL REY ABDICA TRAS CASI 39 AÑOS DE REINADO
El afianzamiento democrático de nuestro país no se puede entender sin la figura clave del Rey Juan Carlos, que con su diligente actuación al frente de la jefatura del Estado, ha sido decisivo en la normalización política de nuestro país. Además, su influyente papel a nivel mundial ha permitido a España contar con un embajador de lujo en los diversos ámbitos internacionales.
Hijo de don Juan de Borbón y nieto de Alfonso XIII, el Rey Juan Carlos nació en Roma el 5 de enero de 1938. La dictadura instaurada por Franco al terminar la Guerra Civil (1936-39) mantuvo a la familia apartada del Trono y del país.
Su llegada a España
Tras vivir con su familia en Italia, Suiza y Portugal, Juan Carlos pasó a España, donde sería educado bajo la tutela de Franco, por acuerdo entre éste y Don Juan (1955). Recibió una formación amplia, que incluyó como componente fundamental el paso por las academias militares.
En 1962 se casó en Atenas con la princesa Sofía, perteneciente a la casa real de Grecia, con la que ha tenido tres hijos: las infantas Elena, Cristina y el que, luego, sería príncipe de Asturias, Felipe.
De Príncipe de Asturias a Rey de España
Las negociaciones de Franco con don Juan y la importante renuncia personal que éste hizo al dejar en manos del dictador la educación de su hijo, dieron el fruto apetecido al designar Franco a Juan Carlos como sucesor en la Jefatura del Estado (1969). Desde 1971 las funciones del príncipe se completaron con la previsión de que sustituyera temporalmente a Franco en situaciones de ausencia o enfermedad. Tal situación se produjo, efectivamente, en 1974, cuando Juan Carlos asumió por unos meses la Jefatura del Estado en funciones por enfermedad de Franco.
Con el fallecimiento de Franco, Don Juan Carlos fue proclamado Rey de España por las Cortes Españolas el 22 de noviembre de 1975 y exaltado al trono el 27 de oviembre con una ceremonia de unción llamada: 'Misa de Espíritu Santo' (el equivalente a una coronación) celebrada en la histórica Iglesia de San Jerónimo el Real de Madrid.
El 14 de mayo de 1977, su padre, el Conde de Barcelona, renunció a sus derechos dinásticos históricos y la jefatura de la Casa Real en la persona de Juan Carlos, una vez que hubo constatado la imposibilidad de acceder personalmente al trono.
El Rey y la monarquía en la Transición a la democracia en España
El nuevo Rey sorprendió al mundo impulsando, entonces, una transición pacífica de la dictadura a la democracia desde la legalidad vigente.
Tan pronto como pudo se deshizo del último presidente del gobierno nombrado por Franco, Arias Navarro, y nombró en su lugar a un joven más abierto y liberal: Adolfo Suárez (1976). Con el apoyo continuo del Rey, éste llevó adelante la reforma política (1977) y reunió unas Cortes constituyentes democráticas, de las que salió consensuada la Constitución que el pueblo español aprobó en referéndum en 1978.
En tal proceso, Don Juan Carlos renunció a la mayor parte de los poderes que había heredado de la dictadura, quedando convertido en un monarca parlamentario con poderes meramente simbólicos y representativos, similares a los que poseen los demás Reyes de Europa occidental. Con ello adquirió un gran prestigio internacional y una popularidad generalizada entre los españoles, pilares que han asegurado la continuidad de la monarquía que él encarna.
Don Juan Carlos se revela contra el golpe de Estado
Su última intervención pública decisiva para consolidar el régimen democrático tuvo lugar en 1981, cuando un intento de golpe de Estado protagonizado por Tejero y Miláns del Bosch, le obligó a salir públicamente en defensa de la legalidad, desautorizando a los golpistas y utilizando su ascendiente sobre los militares para llamarles a la disciplina; con ello contribuyó a desbaratar el golpe y acabó de ganarse el respeto general dentro y fuera de España.
El trabajo del Rey Juan Carlos
Don Juan Carlos ha desempeñado fielmente las tareas que le atribuye la Constitución, interviniendo mediante consultas con los líderes parlamentarios en la designación del candidato a presidente del Gobierno después de cada consulta electoral.
Su función de representación del Estado le ha llevado a viajar incesantemente por el extranjero, en apoyo de la política exterior decidida por sus gobiernos; cabe destacar en este aspecto su liderazgo simbólico sobre la Comunidad Iberoamericana de naciones, así como el apoyo a la integración española en las organizaciones occidentales (OTAN y Unión Europea).
También, viaja frecuentemente para visitar las distintas comunidades autónomas que componen el Estado español: en ese aspecto, la actitud abierta que ha demostrado hacia la pluralidad cultural y lingüística, la descentralización política y administrativa y las idiosincrasia de las diferentes regiones ha facilitado el mantenimiento del frágil equilibrio entre unidad y diversidad que diseñó la Constitución de 1978.
Pero, si el reinado de Don Juan Carlos se ha caracterizado, ha sido por la proximidad de la Familia Real, que ha compartido con el pueblo sus logros y sus tragedias, desde las catástrofes de Biescas o del 'Prestige' a los atentados del 11-M, pasando por los accidentes del Yak 42 o del avión de Spanair, entre otros momentos difíciles.
Según sondeos de opinión, goza de un nivel de popularidad muy elevado en España y en Iberoamérica, donde fue considerado el líder más popular en 2008. Además, es el jefe de Estado o de Gobierno mejor valorado por los españoles, quienes, en su mayoría, consideran que su figura es una garantía de orden y estabilidad, gozando así de un elevado apoyo popular.