"no lo tolero", le dijo
Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, ha abroncado a un camarero que insultó Pedro Sánchez y al que llegó a decirle "hijo de puta". El grito se escuchó claramente y Revilla muy enfadado se encaró con él : "no hay que insultar, no hay que faltar al respeto" le ha dicho y añadió : "¡Me da vergüenza, un cántabro no puede decir eso!".
Sánchez ajeno a la escena esperaba a Revilla dentro del restaurante, donde ambos han comentado los sucedido.
Más tarde, Revilla ha reconocido que tal vez no debería haber actuado así. "No lo tolero", ha dicho a los medios. "Se puede discrepar de todo pero insultar nunca. Me he indignado y he ido a por él", se ha justificado. Y ha avisado de que cogerá "por banda" al hombre este mismo jueves porque considera "intolerable" insultar.
"Me he cabreado", se ha excusado Revilla que, "emocionado" ante los medios, ha recordado que él se está encargando de vender por toda España una Cantabria "acogedora" y "amable", en la que se recibe y "respeta" a todo el mundo y no se insulta "a nadie".