Tribunal Constitucional
La reunión del Tribunal Constitucional se alagó 12 horas hasta que pasadas las diez de la noche se llegó a una decisión. Así fue el Pleno.
La votación del Tribunal Constitucional para frenar la reforma del poder judicial y del propio Constitucional pone de manifiesto la grieta entre la derecha y la izquierda. El último episodio de esta batalla política se ha desarrollado en el Tribunal Constitucional, donde el sector conservador y el progresista se han mantenido atrincherados en sus posiciones, sin acercamiento alguno.
La votación del TC desde dentro
Según ha sabido Antena 3 Noticias en fuentes del Tribunal, en los seis días que pasaron desde que el PP presentó su recurso la semana pasada hasta la reunión de ayer, no se produjo el más mínimo acercamiento de posturas entre los dos sectores de magistrados.
El sector conservador considera que se pretendía atropellar al Tribunal, y que Moncloa quería que se visualizara la imposición de los conservadores en una votación con posturas rígidas por las dos partes. Por el contrario, los progresistas creen que el Tribunal no puede condicionar al poder legislativo en un Estado de Derecho.
Hubo varias votaciones, y todas se resolvieron por seis votos conservadores contra cinco progresistas. La fundamental supuso suspender cautelarmente la tramitación parlamentaria de los preceptos que modifican la ley orgánica del Poder Judicial y la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional. ¿Por qué? Porque el Tribunal Constitucional considera que algo tan importante debe tramitarse por separado y con informes previos, y no dentro de una "proposición de ley orgánica de trasposición de directivas europeas y otras disposiciones para la adaptación de la legislación penal al ordenamiento de la Unión Europea, y reforma de los delitos contra la integridad moral, desórdenes públicos y contrabando de armas de doble uso".
12 horas de reunión
Los magistrados estuvieron reunidos desde las 10 de la mañana y fue 12 horas después cuando dejaron aprobadas esa decisión de las medidas cautelarísimas que frenaban la reforma judicial. Todos los jueces intervinieron y todos defendieron firmemente sus decisiones y sus argumentaciones. Aunque pudieron haber ciertos momentos de tensión, el debate fue sereno. Ninguno de los dos bloques propició un acercamiento que pudiera llevar a una decisión intermedia.
Las 12 horas clave empezaron a las 10:05 de la mañana del lunes. El Pleno del Constitucional inicia su reunión, con un breve descanso a mediodía. Lo primero, para decidir si la reunión debía o no celebrarse, si eran o no competentes para estudiar el recurso. Esos detalles alargan el debate hasta las 14:30 horas. En la pausa para comer todavía no había decisión a la vista.
El pleno se reinicia pasadas las 17:00 horas y aquí ya entran en materia. Sobre la mesa: las solicitudes de PSOE y Podemos para apartar a dos magistrados, incluido el presidente, pero esa petición ni se tiene en cuenta. A media tarde el Pleno rechaza votar las recusaciones con el argumento de que no es momento de estudiarlas.
Cuando parecía que la decisión final se prolongaría hasta el día siguiente a las 10:30 horas de la noche de ayer, llega la decisión del Pleno. Informan en una nota de la admisión a trámite del recurso y de la suspensión cautelar de la tramitación parlamentaria. Es decir, prohibición de votar en el Senado una parte de la reforma del Código Penal.
Tras la decisión, las comparecencias
Los conservadores consideran que suspender la tramitación parlamentaria era ineludible para reparar el problema creado. Los progresistas entienden que el control del Tribunal nunca se debió hacer a priori, sino a posteriori. Las reacciones a esta resolución fueron inmediatas, a pesar de que la decisión del Tribunal Constitucional se conoció pasadas las diez de la noche de ayer. Enseguida llegaron las notificaciones de comparecencia de distintos cargos institucionales y del gobierno.
La primera fue la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, desde la propia Cámara Baja. a ella se sumaron el presidente del Senado, Ander Gil desde la Cámara Alta y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, desde Moncloa. Pasadas las doce de la noche habló también la portavoz socialista en el Senado.