TRAS SU REANUDACIÓN EN 1994

El relevo de la Guardia Real, aún más solemne al cumplir veinte años

El origen de la Guardia Real se remonta a Fernando el Católico, con Fernando VII llegó a contar con 19.000 miembros y en los reinados de Alfonso XII y Alfonso XIII se institucionalizó su cambio de guardia en el Palacio Real de Madrid. Esta coreografía ha vuelto a recibir los aplausos de un gran números de asistentes, atentos a las maniobras de 400 soldados, un centenar de ellos sobre caballos de pura sangre.

Unos 400 guardias reales, algunos de ellos trotando sobre 100 caballos pura sangre, han participado en el relevo solemne en el Palacio Real, que este miércoles ha celebrado su XX aniversario tras la reanudación en 1994 de esta costumbre castrense del reinado de Alfonso XII y Alfonso XIII. En una perfecta sincronía, los guardias reales, cuya labor principal es la de escoltar al rey, han ejecutado la coreografía del relevo solemne, que ha incluido los denominados movimientos floreados de fusilería, un tipo de malabares con los fusiles y música de pasodobles.

En el patio del Palacio Real, ubicado en la madrileña Plaza de Oriente, la Guardia Real ha lanzado también una salva de cañonazos a la que ha seguido un estruendoso aplauso de los cientos de asistentes que, pese a las bajas temperaturas, han llenado las gradas instaladas en el recinto. Este grupo de las fuerzas armadas, cuyo origen se remonta al reinado de Fernando el Católico, que creó la primigenia Guardia Real en 1504 tras sufrir un intento de atentado en Barcelona y Valladolid, constituye "el principal cuerpo de seguridad del Rey junto a la Guardia Civil", ha explicado el capitán Fernández del Hoyo, integrante de este cuerpo.

"Los relevos de la época del rey Alfonso XII se parecían bastante a los que se hacen hoy", ha señalado. La contribución más notable de la esta institución militar, cuya historia está íntimamente ligada a la de España, es la que realizó durante las Guerras Carlistas al servicio de los Borbones, según ha explicado Fernández. Sin embargo, hoy en día sus labores se centran en "prestar guardia militar y apoyo a la familia real en el Palacio de Zarzuela, Marivent o allá donde se desplacen" y además "rendir honores", tanto a los monarcas como a los jefes de Estado extranjeros que visiten España.

En 2014, un total de 1.500 soldados conforman la Guardia Real, dirigidos por el coronel Ramón Álvarez de Toledo, de ellos 150 son mujeres, apenas un diez por ciento. Sin embargo, bajo el reinado de Fernando VII, también de la dinastía Borbón y apodado 'El deseado', la Guardia Real llegó a alcanzar los 19.000 miembros.

Tras la abdicación de Juan Carlos I, este cuerpo ha pasado a escoltar a Felipe VI, un hecho que ha supuesto "continuidad, es un nuevo jefe de Estado y lo asumimos con naturalidad, como todas las instituciones", ha destacado el capitán Fernández. El cambio de monarca sí que ha afectado al uniforme que luce la Guardia Real: botonaduras con la nueva heráldica de Felipe VI, hebillas o los escudos de boinas y cartucherines han sido ya cambiados en esta indumentaria, que sufre sus primeras transformaciones desde su estreno, el Día de las Fuerzas Armadas de 1976. "Las corazas aún no ha habido tiempo de cambiarlas", ha reconocido Fernández.

Pese a ser una de las guardias más antiguas de Europa, también las hay en otros países del continente, "todas ellas con una preciosa tradición como Dinamarca" o Reino Unido -con un cambio de guardia frente al Palacio de Buckingham mundialmente conocido. Estos relevos, según Fernández, "no solo se encuentran en las monarquías, también los hay similares en repúblicas como Grecia o Estados Unidos". "Nuestro cambio de guardia, junto al italiano en la Plaza del Quirinale, es uno de los que más tropas implican", ha explicado.

La Guardia Real desaparece en determinados momentos históricos, el más extenso va desde la II República hasta 1975, año de la muerte de Franco y en la que vuelve a surgir hasta hoy. El solemne relevo puede verse cada primer miércoles de mes -excepto el de enero, agosto y septiembre- en la calle Bailén junto al Palacio Real de Madrid.

 

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