Rey emérito
Un comunicado del rey Felipe VI pone fin al reencuentro con su padre, el rey emérito, y el resto de la familia pero sin ninguna imagen en el palacio de la Zarzuela.
El plató de televisión en el que se había convertido Sanxenxo (Pontevedra) este fin de semana se trasladaba desde primera hora del lunes a la explanada del parking exterior del Club Deportivo Somontes, en la carretera del Pardo. Una treinta de periodistas y otros tantos simpatizantes del rey Juan Carlos esperaban la vuelta al palacio de la Zarzuela 21 meses después de que saliera de él rumbo a Abu Dabi para instalar allí su residencia.
Cada coche que enfilaba la carretera hacia la entrada a la residencia de la jefatura del Estado provocaba los gritos de atención de los presentes. Media hora después de saber que había aterrizado en Barajas y tras varias falsas alarmas, a las 10:02 de la mañana un imponente Audi Q8, gris, giraba en la carretera del Pardo para enfilar la carretera particular del Tiro de Pichón.
La ventanilla del copiloto estaba bajada y Don Juan Carlos sacaba la mano para saludar a todos, prensa y seguidores. Sin palabras, sonriente y con corbata. Era la carta de presentación del encuentro histórico que iba a mantener con su hijo, el Rey Felipe VI tras casi dos años sin pisar España.
Escasos segundos duró el fugaz paso ante la prensa y poco más se supo en las horas siguientes. El calor empezaba a apretar, apenas sin sombras en esa zona se buscaba el cobijo de los pocos árboles ubicados en torno a la carretera por donde debía volver a salir el rey emérito. Entre especulaciones y lociones solares pasaban las horas, turnando las guardias para poder acceder al club deportivo y encontrar un aseo y un refrigerio.
Según se acercaba el mediodía se esperaba la llegada de la hermana de don Juan Carlos, la infanta Margarita y también de su hija, la infanta Elena. Incluso la vuelta del colegio de la infanta Sofía. Pero nadie más accedió a palacio por esa entrada. La única imagen del día era la que habíamos visto a las 10 de la mañana.
Se sucedieron los directos en televisión, las crónicas en radio y prensa digital y ninguna información nueva, ningún detalle para contar. Zarzuela había avisado de que era un "encuentro familiar en el ámbito privado" y eso hacía que se preservara la intimidad y no
trascendiera ninguna información.
Las dudas sobre el término de la jornada se despejaban según avanzaban las horas. Primero se habló de que la vuelta del rey a Emiratos Árabes estaba prevista para las cuatro de la tarde, tras el almuerzo familiar, pero ni rastro de la programación del vuelo. Aprovecharía el día completo en la Zarzuela para disfrutar de su familia. Por fin, el vuelo apareció programado para las 22 horas del lunes 23 de mayo desde la terminal ejecutiva del aeropuerto de Barajas.
En torno a las nueve de la noche se esperaba su salida. A las ocho y media todos los medios, prevenidos. Era cuestión de minutos que pusiera rumbo al aeropuerto para acceder al avión. Y desde Zarzuela se confirmaba que habría comunicado, pero ninguna imagen.
Los informativos de las 21:00 abrieron con la imagen en directo de la salida de don Juan Carlos de la que había sido su residencia durante casi sesenta años. Eran las 21:02 de la noche. Once horas después, exactas, de saludar ante los medios de comunicación volvía a salir para marcharse a Abu Dabi, pasando la noche en el avión privado, y durmiendo durante el trayecto.
Veinte minutos después de la salida, conocimos el comunicado enviado por la Casa de Su Majestad el Rey que ponía fin a una jornada histórica del reencuentro del Rey Juan Carlos con el Rey Felipe VI y el resto de la familia pero sin ninguna imagen en el palacio de la Zarzuela.