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Delito sedición

La reforma del delito de sedición enfrenta al independentismo catalán

La reforma del delito de sedición parece estar separando todavía más en lugar de unir al bloque independentista catalán.

Pere Aragonés y Oriol JunquerasEFE

Pedro Sánchez se ha escudado en que la reforma del delito de sedición responde a la intención de "homologar" a España con otras democracias europeas frente a las críticas de la oposición que lo acusan de "apadrinar un nuevo golpe de estado de los independentistas". Sin embargo, esta concesión a los nacionalistas podría profundizar las heridas del bloque independentista al coger a contrapié a una parte de dicho movimiento.

ERC ha celebrado la decisión del Ejecutivo, que todo el mundo entiende como el pago para que los republicanos catalanes apoyen los Presupuestos. Pero esta medida no ha sido tan bien acogida por JxCat, la CUP, la ANC y Òmnium Cultural que ven múltiples amenazas en ella.

El anuncio de la reforma del delito de sedición vuelve a agitar la política catalana, sumergida de nuevo en una descarnada batalla entre fuerzas independentistas por hacer prevalecer su relato.

Para ERC la supresión del delito de sedición, que ahora se englobará en el delito de "desórdenes públicos agravados", es "un gran paso adelante" hacia la "desjudicialización" del conflicto catalán, un paso que "no habría sido posible sin la negociación política entre los dos gobiernos y sin la apuesta de ERC por la vía negociada para acabar con la represión", aunque ahora el objetivo es avanzar en la "resolución del conflicto político".

Nada tiene que ver la lectura que del acuerdo sobre sedición hace JxCat, que desde el principio de la legislatura catalana en 2021 se desmarcó de la mesa de diálogo impulsada por ERC y el PSOE y apostó por la "confrontación" con el Estado. Para el secretario general de Junts, Jordi Turull, esta reforma del Código Penal está hecha "a medida para decir que el 1-O fue delito", mientras que la presidenta de JxCat, Laura Borràs, teme que el "remedio de los desórdenes públicos agravados" pueda ser "peor que la enfermedad de la sedición".

Puigdemont es una de las voces más críticas con esta reforma, de hecho, habla de la "letra pequeña" de la propuesta y observa "trampas" como los conceptos de "intimidación" y "actos preparatorios", contemplados en el articulado, y subraya que, en Alemania, los hechos de octubre de 2017 en Cataluña no serían delito "ni de 15, ni de 5, ni de medio año de cárcel".

La respuesta de la ANC es en forma de manifestación y ha convocado una protesta para el próximo 6 de diciembre, día de la Constitución, para mostrar su rechazo a la reforma del Código Penal para suprimir la sedición y sustituirla por "desórdenes públicos agravados" ya que considera que dicha modificación tiene "un doble objetivo no disimulado como es castigar la movilización independentista en las calles y penalizar más cómodamente hechos como los del 1-O por ocupar instalaciones o edificios"

Con estos mensajes poco amigos que JxCat dedica al Govern, el principal objetivo de ERC que es sacar adelante las cuentas de Cataluña para 2023 podría peligrar y pudiese ser entonces que Aragonés viese en el PSC una alternativa para apoyar dichos Presupuestos y evitar una prórroga.

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