Tras participar en la Cumbre Social de Gotemburgo (Suecia)
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha tachado de "absoluta vergüenza" y de "enorme mentira" las declaraciones lanzadas por la secretaria general de ERC, Marta Rovira, en las que ha asegurado que el Ejecutivo amenazó al Govern con "violencia extrema con muertos en la calle" si no ponía fin al proceso independentista. "Es una absoluta vergüenza y no hay calificativo que tenga yo para aplicar a esa información. Dejémoslo en que es absolutamente falso, una enorme mentira y sobre todo es una vergüenza", ha expresado en declaraciones a los medios después de participar en la Cumbre Social de Gotemburgo (Suecia).
"Creo que en la vida no vale todo. Cada uno puede defender sus posiciones como quiera, pero esto es intolerable", ha continuado el presidente tras ser preguntado por las declaraciones de Rovira.
El jefe del Ejecutivo también ha señalado que confía en la Justicia belga y asegura que, sea cual sea su resolución sobre la petición de extradición del expresidente catalán Carles Puigdemont, acatará su decisión. Rajoy se ha referido a las euroórdenes cursadas por las autoridades españolas contra Puigdemont y sus cuatro exconsellers que permanecen con él en Bruselas.
Ese respeto a la ley y al Estado de Derecho y la división de poderes ha dicho que es uno de los principios básicos de la Unión Europea. "Como empecemos a poner eso en tela de juicio, me parece que no vamos por buen camino. Por tanto -ha precisado- a mí no me oirán más, sea lo que sea, que respeto y acatamiento a las resoluciones de los tribunales de Justicia".
Rajoy, que insistido en que en su reunión en Gotemburgo con Charles Michel no han hablado de la situación de Puigdemont, ha respondido con un "absolutamente" al ser preguntado si daba por superadas las diferencias que puede haber habido con su homólogo belga por este asunto. Y ha recalcado que no han hablado de la crisis en Cataluña porque ya en su momento quedó muy claro que tanto la Justicia belga como la española son independientes y, por tanto, los gobiernos de ambos países no tienen nada que hacer. "Los jueces tienen que hacer su trabajo y los ejecutivos el suyo", ha reiterado.