PRIMERA SESIÓN DEL DEBATE DE INVESTIDURA
Mariano Rajoy, el candidato del PP a la presidencia del Ejecutivo, ha comenzado su discurso explicando que acude de nuevo al tribunal "para solicitar la confianza de la cámara" a su investidura como presidente de Gobierno. "España necesita un gobierno con urgencia, me dirijo a ustedes desde la convicción compartida de que España no admite más demoras", sostiene.
Rajoy se ha sometido este miércoles a la primera sesión de su segundo debate de investidura de la legislatura, ya con la certeza de que conseguirá ser reelegido presidente del Gobierno tras la decisión del PSOE de abstenerse en la segunda votación que se celebrará el próximo sábado."La incertidumbre política y la parálisis institucional" son las principales preocupaciones de los españoles. Rajoy ha querido señalar que "en estos meses de gobierno restringido" ha podido comprobar que "España es una democracia madura y capaz de seguir en marcha". "España en ningún momento ha estado en funciones", apunta.
El candidato a la presidencia del Ejecutivo considera que ha conseguido mantener el rumbo de España pero "todo tiene su límite". "Hemos acumulado un buen caudal de confianza. La confianza cuesta mucho conquistarla, pero muy poco perderla", señala.
"España ha mantenido su rumbo pero todo tiene su límite"
Mariano Rajoy ha manifestado durante su discurso la razón más importante por la que ha aceptado el encargo del Rey: "España tiene un gobierno que puede gobernar, que mantiene su rumbo y que se apresura a borrar hasta la última brizna de incertidumbre".
Considera razonable que en una democracia gobierne el partido que tiene más apoyo entre los ciudadanos, pero apunta que es aún más razonable "si la diferencia con la segunda fuerza supera en votos los dos millones". "Si para algunos no fuera suficiente razón, la alternativa que mi grupo plantea es, hoy por hoy, la única razonable de gobierno", señala.
"Estamos en unas circunstancias nuevas que alientan la esperanza de que España pueda disponer, en breve plazo, de un gobierno en plenitud de sus funciones", apunta Rajoy. Ha reconocido que el agotamiento de estos días les sitúa en "la disyuntiva de tener que elegir entre ofrecer un gobierno a los españoles o pedir que regresen a las urnas por tercera vez".
El todavía presidente de Gobierno en funciones ha manifestado que "hace falta un gobierno estable, sólido, duradero y tranquilizador, y un gobierno basado en acuerdos porque así lo exigen los resultados electorales".
"El empleo es la meta de nuestra política económica", ha señalado Mariano Rajoy, además de mencionar que es "un requisito imprescindible para mantener el sistema de bienestar". En España más de 14 millones de personas reciben cada final de mes algún tipo de prestación pública, por lo que considera que "no es de extrañar que el 63% del gasto público total sea gasto social".
Rajoy ha señalado que ya dejó atrás el tiempo en el que "por cada nuevo pensionista, se iban al paro tres trabajadores". "Hoy por cada nuevo pensionista, entran seis trabajadores en el sistema". Ha adelantado que si obtiene la confianza de los grupos, pedirá "la convocatoria del pacto de Toledo antes de final de año", para abordar nuevas medidas que fortalezcan la creación de empleo.
Sobre el modelo educativo, el candidato del PP a la presidencia considera que se abre ante ellos "la posibilidad de crear un pacto nacional sobre la educación, que garantice la igualdad de oportunidades y que ponga el acento en la eficacia y la calidad".
En cuanto a la financiación autonómica, Rajoy recuerda que "los ciudadanos demandan un óptimo nivel de calidad de servicios básicos" por lo que sugiere a todos los grupos y, "muy singularmente al PSOE", a abrir la negociación de un sistema de financiación territorial. "Esta reflexión no se puede hacer a espaldas de los implicados, deberá salir un diagnóstico compartido y una puesta al día de los principios de solidaridad", apunta.
Rajoy ha reconocido los casos de corrupción protagonizados por personas de su partido pero ha asegurado que tiene la certeza de que "nadie puede presumir de infalibilidad". Ha aprovechado para recordar que el acuerdo al que llegó con Ciudadanos sigue en pie, se trata de "un conjunto de medidas contra la corrupción, un compromiso vigente y abierto al resto de grupos para que enriquezcan el acuerdo con sus aportaciones".
"Realizo este ofrecimiento desde la humildad y el reconocimiento de los casos que han protagonizado personas de mi partido pero desde la certeza de que en este campo nadie puede presumir de infalibilidad", señala.
Sobre el desafío secesionista, considera que su posición es de sobra conocida. Rajoy ha asegurado que siempre defenderá que "nadie, ni el gobierno, ni las cortes generales, puede privar al pueblo español de su derecho exclusivo a decidir sobre su futuro y su territorio".
Mariano Rajoy ha reconocido que su primera obligación como representante y como presidente de gobierno, si obtiene la confianza de la cámara, es "defender esa soberanía nacional y, con ella, la unidad de España". "En estos años he mantenido y mantengo mi disposición al diálogo con la Generalitat de Cataluña, porque lo que les atañe me incumbe y me importa".
Rajoy se ha mostrado dispuesto a buscar fórmulas que "acomoden mejor la necesaria solidaridad interterritorial", pero deben pasar "por la legalidad y por el respeto a todos los españoles".
El candidato a la presidencia del Ejecutivo es consciente de que entra "en una nueva etapa política" y de que "cualquier ley, reforma o proyecto tendrá que ser fruto del acuerdo, de la cesión y del entendimiento". Reconoce que todos tienen "que asumir la necesidad del diálogo y dejar al lado las consignas propias" y que no ha subido a la tribuna "para buscar un beneficio personal", sino para cumplir con su responsabilidad.
"Los españoles nos dieron su voto para emplearlo de la mejor manera posible en su servicio, es decir, para llevar a cabo lo que prometíamos", señala. Rajoy ha explicado que el Partido Popular "no es un fin, sino un medio, una herramienta al servicio de la sociedad", y quiere "aprovechar este instrumento para crear un gobierno sin demora".
Mariano Rajoy ha reconocido que tiene el deber de "poner fin a esta situación y evitar unas nuevas elecciones". "La excepcionalidad de las circunstancias exige que se dejen a un lado todas las confrontaciones ideológicas y se sumen los esfuerzos de manera excepcional porque se trata de una situación inédita, que no conoce precedente", apunta.
Tiene muy claro que "dados los apoyos previsibles", el gobierno "puede estar lejos de cumplir las condiciones de solidez" que reclamaba. "Esto será así salvo que los grupos asuman que no es sólo el interés de los españoles, sino el suyo particular el que reclama un gobierno estable", señala.
Rajoy tiene asumido que cada día tendrá que "construir una mayoría para la gobernabilidad" ya que el gobierno se formará "en minoría" y no dispondrá "ni de la fortaleza ni de la estabilidad". "Tengan la certeza de que sabré interpretar lo que han dicho los españoles", asegura.