Coronavirus
Pedro Sánchez afrontará la semana que viene la cuarta prórroga del estado de alarma del coronavirus. Lograrlo será más difícil que en las tres ocasiones anteriores. Los partidos y las comunidades autónomas critican la improvisación y la falta de diálogo del Ejecutivo para decidir las medidas del plan de desescalada del coronavirus en España.
Hasta ahora el gobierno había contado con el apoyo del Partido Popular que ha respaldado todas las prórrogas del estado de alarma del coronavirus pero que esta vez está muy molesto con la falta de diálogo del Ejecutivo. Acusan a Sánchez de "mentir" y le reprochan estar en un "monólogo permanente". También desde Ciudadanos le ha tachado de "incoherente" y de "no dar la talla".
Y se tambalea también el respaldo de los nacionalistas. ERC mete presión y amenaza con retirar su apoyo parlamentario y el PNV deja ver que se acaba su paciencia y critica la falta de "diálogo leal" durante la crisis del coronavirus.
En la anterior prórroga, el estado de alarma salió adelante pero con la abstención de ERC y los votos en contra de Vox, Junts per Catalunya y la CUP.
¿Qué ocurre si no se prorroga el estado de alarma por el coronavirus?
- Terminaría el mando único que permite al Gobierno tener todo el poder en esta crisis del coronavirus. Las comunidades autónomas recuperarían sus capacidades también en la desescalada del coronavirus en España, decidiendo qué hacer en sus territorios. Lo que vienen reclamando Cataluña y País Vasco.
- Los derechos individuales de los ciudadanos -que ahora están sometidos a una legislación excepcional- podrían recuperarse lo que complicaría castigar a quienes incumplieran por ejemplo las normas de confinamiento.
- Estarían en vigor nuevamente la Ley General Sanitaria y la Ley de Protección Ciudadana. Además el Gobierno no podría seguir utilizando las instalaciones de empresas privadas como hoteles o centros sanitarios privados.
- El uso de espacios públicos como parques dependería de las comunidades autónomas de nuevo.
En definitiva se restauraría la situación anterior a la declaración del estado de alarma pero en plena fase de desescalada del coronavirus en España que deberían asumir los gobiernos autonómicos y no el Ejecutivo Central que marca ahora los tiempos y las medidas.