HAY OPINIONES DISPARES
En el pueblo de Oriol Junqueras, Sant Vicenç dels Hort, situado a poco más de media hora de Barcelona, se palpa la disparidad que se ha hecho tan evidente en Cataluña. El Ayuntamiento ha colgado una gran pancarta en la que pide la libertad para los considerados presos políticos.
En la calle, muchos de sus vecinos aseguran que esperaban ver encarcelado al que fue su alcalde. Mientras que otros muchos han expresado su rabia porque no se le haya impuesto al menos una fianza para poder defenderse desde fuera de prisión.
En Amer, el pueblo natal de Carles Puigdemont, se repiten los carteles a favor de la libertad de los exconsellers y por la democracia. En el Ayuntamiento ondean dos banderas, la europea y la señera.
Los vecinos aseguran que el expresidente catalán "está bien". Su propia hermana ha asegurado que la familia se encuentra bien, y que continúa centrada en su trabajo como cada día.