SUS ABOGADOS, ESCÉPTICOS
Con su secretario general en prisión, sus cuentas bloqueadas, una estructura prácticamente inexistente y buena parte de sus colaboradores sorprendidos e indignados, el futuro de Manos Limpias y de sus incontables querellas y denuncias se vislumbra lleno de nubarrones negros. Desde que el pasado viernes fueran detenidos Miguel Bernad, principal responsable del autodenominado sindicato, y varios de sus colaboradores, una de las preguntas más repetidas ha sido qué ocurrirá con la acusación que Manos Limpias ejerce contra la Infanta Cristina en el juicio del caso Nóos.
Virginia López Negrete, la abogada que representa a Manos Limpias en esa causa, ha reiterado su intención de seguir adelante con la acusación pese a declararse "espeluznada" ante las prácticas que presuntamente habría cometido Bernad y con las que ella ha asegurado "no tener nada que ver". Si López Negrete cambia de opinión y decide renunciar, Manos Limpias tendrá que buscar sustituto o retirar la acusación contra la infanta, que dejaría el banquillo de los acusados.
El caso es que, paralelamente, tanto López Negrete como Miguel Bernad están siendo investigados por el juzgado de instrucción 18 de Madrid a raíz de una querella de la Fiscalía por un delito de apropiación indebida de 108.000 euros abonados por afectados de la estafa de Fórum-Afinsa. Pero Nóos es sólo uno de los múltiples frentes abiertos por Manos Limpias, que ejerce la acusación popular en otros casos mediáticos como Pokemon, Blesa, Banco Madrid, el pequeño Nicolás, los ERE o la causa contra el expresidente catalán Jordi Pujol.