Polémica con la enseñanza concertada
Las palabras de la ministra de Educación en funciones, Isabel Celaá, han reabierto el debate sobre la educación concertada, la libertad de enseñanza y la elección de centro educacito.
El artículo de la Constitución referido a la educación fue uno de los que supuso más enfrentamientos y discusiones entre los miembros de la Comisión encargada de redactar el texto. Recibió numerosas enmiendas. Se discutía entre dos derechos: el derecho a la educación y a la libertad de enseñanza. El resultado del complicado consenso entre la izquierda y la derecha fue un artículo que garantizaba la educación para todos y recogía el pluralismo educativo. Quedó así:
Artículo 27:
Polémica interminable... pacto imposible
El derecho a la educación para todos (art. 27.1) se asegura con la obligatoriedad y gratuidad de la enseñanza básica (art. 27.4), y con la obligación de los poderes públicos de garantizar un puesto escolar gratuito en los niveles básicos a través de la programación general de la enseñanza (art. 27.5).
La libertad de enseñanza (art. 27.1), además del derecho de los padres a elegir la formación religiosa y moral que quieran para sus hijos (art. 27.3) y la libertad de creación de centros sostenidos con fondos públicos a personas físicas y jurídicas (art. 27.6), permiten la existencia de opciones educativas distintas.
Los debates sobre los modelos educativos que propugnan los grupos más de izquierdas o más conservadores han estado presentes en todos los debates abiertos para reformar las leyes educativas. Tanto que ha sido imposible consensuar unas normas educativas a lo largo de todos estos años. Y menos desarrollar un pacto educativo que permita perdurar los sistemas más allá de los cambios de gobierno. En muchos casos se ha recurrido al Tribunal Constitucional. Y ahora otra vez, cuando la izquierda, en diferentes comunidades quiere restringir la educación concertada en favor de la pública, cada opción vuelve a echar mano de diferentes sentencias, cada uno la que más le interesa, para hacer valer sus argumentos.