EN UNA RUEDA DE PRENSA DESDE GINEBRA
El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont tendió la mano al Gobierno central, al insistir en Ginebra que la independencia no es la única solución a la cuestión de Cataluña y al abrir la posibilidad de que la totalidad del pueblo español se pronuncie sobre la relación con España.
Puigdemont participó en un debate sobre el derecho a la autodeterminación en el Festival de Cine y Foro Internacional de Derechos Humanos.
El líder catalán insistió en varias ocasiones en que en todas sus reuniones con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, le preguntó si tenía "un proyecto para Cataluña" alternativo a la independencia "y su respuesta siempre fue negativa".
"Yo le pregunté ¿tienen alguna contrapropuesta? Y él siempre respondió, quedarnos como estamos", indicó Puigdemont, quien, sin embargo, se mostró abierto a que toda la población española pueda pronunciarse sobre la relación que Cataluña debe tener con España.
"Yo sigo abierto al diálogo. Siempre y cuando se reconozca la posibilidad de la autodeterminación de Cataluña. Ojalá este debate se pudiera realizar en Madrid o Barcelona en condiciones de normalidad y pudiéramos llegar a un acuerdo en condiciones de respeto mutuo y de reconocimiento del otro", aseguró.
En este sentido, subrayó que el nacionalismo que propugna no es excluyente, sino abierto y que "no se define en contraposición al otro", y que una eventual Cataluña independiente mantendría relaciones de amistad y cordialidad con el resto de España como el Estado español lo hace actualmente con los países que fueron excolonias.
"Soy consciente que una sola nación, una sola lengua, una sola identidad, una sola mirada sobre el mundo es obsoleto", subrayó. Preguntado en la rueda de prensa posterior si le hubiera gustado o no la participación de algún ministro español en el debate, Puigdemont recalcó que le "hubiera encantado", porque habría sido una "señal positiva a la comunidad internacional (...) de una voluntad de normalización democrática".