SEMANA INTENSA EN LAS FILAS SOCIALISTAS
A seis días de la votación de la que saldrá el nuevo líder del PSOE, Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López se medirán este lunes en un debate sobre el rumbo que debe tomar su partido en uno de los momentos más críticos de su historia, con la herida aún sin cerrar de la abstención a la investidura de Rajoy.
La fuerte movilización de la militancia, constatada en la recogida de avales, y la polarización entre 'sanchistas' y 'susanistas' apuntan a un debate de gran expectación por el cara a cara que supone entre el ex secretario general y la presidenta andaluza. Ella ha dicho que espera que sea un debate "entre compañeros" y él ha prometido una intervención de "guante blanco", precisamente porque el error que los dos están llamados a evitar es el de perder los nervios ante su rival. Sus equipos coinciden en que el debate "no mueve voto", pero admiten que un enfrentamiento de máxima tensión entre Díaz y Sánchez podría beneficiar a Patxi López.
En el entorno de Díaz reconocen que ésta es "impulsiva" y que tiene "carácter", pero garantizan que mantendrá un tono "positivo" para ofrecerse a liderar un "proyecto que sea reconocible, fortalezca al partido e ilusione a la sociedad". Destacan como sus puntos fuertes la experiencia de gestión, la trayectoria política y su conocimiento del partido y de España, y confían en su "capacidad de improvisar" porque tiene "fondo".
La "coherencia" a la hora de "decir lo mismo en todas partes y en todo momento" será otra de sus bazas, frente a un Sánchez cuyos vaivenes ideológicos constituyen su talón de Aquiles. Éste, no obstante, podrá esgrimir que su coherencia es la de haber dimitido de todos sus cargos para "no traicionar al PSOE permitiendo un gobierno corrupto y antisocial como el de Rajoy" y que es un líder "capaz de adaptarse a la realidad, en vez de ir en dirección contraria", apuntan en su equipo.
Frente a la defensa a capa y espada que hace la andaluza de la historia reciente de su partido, Sánchez representa una posición más crítica con determinadas actuaciones del socialismo español, por ejemplo la gestión de la crisis por parte del Gobierno de Zapatero y la reforma junto al PP del artículo 135 de la Constitución. También en política territorial hay matices que sitúan a Díaz en una posición más centralista que la de Sánchez, aunque es en el modelo de partido que éste defiende donde aumentan las diferencias.
El autodenominado "candidato de la militancia" cree que las consultas a las bases de los acuerdos de gobierno deben ser "obligatorias" y que la pérdida de influencia del Comité Federal en favor de éstas es imparable. En su entorno aseguran que Sánchez no manchará el debate con sangre de la herida del Comité Federal del 1 de octubre y que su propósito es explicar el proyecto que tiene para recuperar el espacio político de la izquierda.
También en nombre de un PSOE de izquierdas, pero "sin complejos" y "sin bandazos", Patxi López se dirigirá sobre todo a los militantes "hartos de tanta división" en el partido. La suya es la bandera de la "unidad" en un PSOE con dos ejércitos en el que sólo él puede poner fin -dice- a la guerra que les está matando. Aunque "susanistas" y "pedristas" coinciden en que López no tiene espacio en esta campaña, los 'patxistas' recuerdan que en 2014 José Antonio Pérez Tapias (que ahora apoya a Sánchez) fue considerado vencedor del debate frente a Pedro Sánchez y Eduardo Madina. Recalcan que Tapias consiguió entonces casi tres veces más votos que avales y apuntan que, aunque mañana la andaluza y el ex secretario general "irán de moderaditos, habrá que ver cómo se calienta la cosa".