en la cárcel de Lledoners (Barcelona)
Los exconsellers Josep Rull y Joaquim Forn se sumarán desde este martes a las 00.00 horas a la huelga de hambre que empezaron el sábado el líder de JxCat en el Parlament, Jordi Sànchez, y el también exconseller Jordi Turull. En un comunicado, han explicado que toman esta decisión para "denunciar el bloqueo al acceso a los tribunales internacionales y en particular a la justicia europea que el Tribunal Constitucional" les impone con un comportamiento que tachan de injusto y arbitrario.
"La actitud arbitraria e irregular del Tribunal Constitucional lamina las bases mismas del Estado de Derecho", concluyen los dos exconsellers, que piden que quienes les apoyen desde fuera de la cárcel lo hagan con serenidad y firmeza. Rull, Forn, Sànchez y Turull se encuentran en la cárcel de Lledoners (Barcelona) junto con los también exconsellers Oriol Junqueras y Raül Romeva, y al presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, a la espera de ir a juicio a raíz del proceso independentista. "Es una medida extrema de protesta. La iniciamos después de haber reflexionado, de entender qué supone y de asumir sus riesgos y consecuencias", esgrimen.
Así, Rull y Forn insisten en que la decisión es "meditada, fruto de muchas horas de introspección y reflexión" que responde a la paralización de los recursos que han presentado ante el TC y que ese tribunal ha admitido a trámite. El objetivo de los líderes independentistas es llevar su caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), pero no pueden hacerlo hasta agotar las vías legales en España, por lo que están a la espera de que el TC se pronuncie sobre su caso. De hecho, este mismo lunes el pleno del tribunal de garantías ha hecho pública su decisión de tramitar los últimos escritos presentados por Turull, Rull y Sànchez contra decisiones del Tribunal Supremo, que los ha procesado por presunta rebelión.
Los líderes soberanistas critican que se están vulnerando sus derechos y se les generan "perjuicios y daños irreparables", por lo que justifican llevar esta acción de protesta pacífica. "No es nuestra protesta, ni la de nuestros compañeros, una huelga de hambre para pedir ningún trato de favor ni discriminación positiva. Es, sencillamente, la única alternativa de que disponemos aquí en la cárcel para hacer más visible la discriminación y la conculcación de nuestros derechos fundamentales", concluyen.