Coronavirus
Muchas Comunidades Autónomas están a la puerta de poder prosperar a la fase 2 de la desescalada del coronavirus la próxima semana, y muchos, con el ascenso de temperaturas, sueñan ya con un baño en la piscina de su urbanización.
Sin embargo, los requisitos para poder abrir y utilizar las piscinas, establecidos por la pandemia del coronavirus, hacen que la apertura sea inviable en algunas comunidades de vecinos.
Así lo creen los Administradores de Fincas que advierten que la mayoría no podrán cumplir las condiciones porque no disponen de los recursos ni de las herramientas para llevarlos a cabo.
Con cita previa y por turnos
Habría que limitar el aforo al 30 % y muchas de estas piscinas comunitarias no tiene personal para controlar el acceso, y tampoco creen que sea competencia de un socorrista.
Además, para bajar a la piscina se establece que se haga con cita previa, por turnos, cuando ni siquiera todavía están aún autorizadas las reuniones de propietarios y las juntas de vecinos.
No todas las piscinas pequeñas disponen de espacio suficiente para garantizar los dos metros de distancia entre los usuarios, ni dentro de la piscina ni fuera de ella, donde la separación es de 4 metros.
Desinfección de superficies
La limpieza y desinfección de todas las superficies de la piscina durante la fase 2 de desescalada del coronavirus como escalerillas, duchas, zona de paso, botiquín se tendría que realizar varias veces al día y todas las operaciones realizadas tendrán que ser anotadas y descritas en los registros correspondientes, como operación ante situación excepcional por alerta sanitaria.
Hay, además, que garantizar la higiene extrema de cada uno de los usuarios, por lo que habría que instalar dosificadores de gel hidroalcohólico y desinfectar la zona de vestuarios después de cada uso.
Para facilitar la adopción de acuerdos, el presidente del consejo de colegios, Salvador Díez, ha propuesto que se puedan celebrar juntas virtuales. Así se facilitaría la toma de decisiones sobre qué se puede y no se puede hacer en las comunidades de vecinos, entre ellas, si es viable o no abrir la piscina con todas las garantías sanitarias para evitar la propagación del coronavirus.
Ante esta situación la venta de piscinas desmontables para poner en jardínes y terrazas se ha disparado.