HASTA ALCANZAR LAS 15.000
Las peticiones de asilo en España se incrementaron un 150 por ciento en 2015 con respecto al año anterior hasta alcanzar las 15.000, según datos provisionales del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Siria fue el principal país de procedencia (5.700), seguido de Ucrania (3.400), Palestina (800), Argelia, Marruecos y Venezuela. A lo largo de los dos primeros meses de 2016, España registró alrededor de 2.000 solicitudes de asilo de personas provenientes, principalmente, de Ucrania, Siria y Venezuela.
La portavoz de ACNUR en España, María Jesús Vega, reconoce que es difícil ofrecer un perfil de los demandantes de protección, aunque subraya que en 2014 y 2015 ha aumentado el número de familias de origen sirio, frente a los años anteriores, en los que predominaban los varones solos.
La mayoría de los sirios que pidieron asilo en España el año pasado lo hicieron en la ciudad de Melilla, en el puesto fronterizo de Beni Enzar. Esta circunstancia también se produjo en 2013 y 2014 después de que el Gobierno español comenzara a exigirles en 2012 un visado de tránsito para acceder al territorio nacional cuando llegaban por avión.
"Los testimonios que nos dan los refugiados hablan de las dificultades que han tenido para pasar los controles fronterizos. Muchos de ellos cruzan porque han pagado a determinadas mafias que les alquilan pasaportes que tienen que devolver", precisa Vega.
La representante de ACNUR señala que las personas de origen subsahariano, con rasgos físicos similares a los habitantes del Magreb, no pueden acceder a la frontera marroquí, por lo que la única posibilidad que tienen para pedir protección es saltando las vallas. "La situación es muy dura. Hay que estar física y mentalmente muy bien para hacer esa proeza. No solamente hay que superar el doble vallado de seis metros del lado español, sino también los obstáculos existentes del lado marroquí", subraya.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados ha mostrado su preocupación en varias ocasiones porque a lo largo del año se ha devuelto a Marruecos a un número importante de personas que se encontraban en lo alto de la valla. Vega destaca que esto supone "un incumplimiento claro de la legislación española, que especifica que no se puede devolver de manera automática a nadie, sin haber tomado nota de los datos de la persona y sin haber analizado si esa persona tiene necesidad de protección internacional o no".
La portavoz de ACNUR en España hace un llamamiento a "conjugar el derecho de cualquier Estado a controlar las fronteras con el acceso al territorio y al procedimiento de asilo para las personas que vienen de la guerra". Según las entidades que trabajan en asilo y acogida, entre el 70 y el 80 por ciento de las personas que solicitaron protección internacional en España el año pasado ya no están en nuestro país, porque "han continuado su viaje, han cruzado los Pirineos y se han marchado a otros países".
En unos casos, han dejado España porque tenían familiares en otros países y en otros porque han vivido situaciones complejas en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, que ha estado al doble o al triple de su capacidad durante muchos meses.
La legislación estipula que una persona que pide asilo debe tener una respuesta en un plazo máximo de seis meses a partir de la presentación de su solicitud, aunque el tiempo de tramitación se reduce de forma considerable para los casos de urgencia.