Cortes Generales
A menos de un año para las elecciones generales, el Congreso tiene paralizadas más de una veintena de leyes. Algunas empezaron a tramitarse en 2020 de urgencia y podrían peligrar si no se retoman cuanto antes.
Pedro Sánchez quiere agotar la legislatura y apurar los plazos para celebrar las próximas elecciones generales. Si se cumplen las pretensiones de Moncloa, los comicios deberían realizarse el 10 de diciembre como tarde. Así se apunta desde hace meses en un informe jurídico del Congreso. Las Cortes Generales tendrían que disolverse, por tanto, dos meses antes, a principios de octubre como tarde. Y se haría efectivo un mes más tarde, ya en noviembre. Para eso quedan menos de diez meses.
Las dos Cámaras se reúnen anualmente en dos períodos ordinarios de sesiones. El primero, de septiembre a diciembre, y el segundo, de febrero a junio, tal y como establece la Constitución. Por lo tanto, de los once meses restantes hasta el día de las elecciones, tres son inhábiles. Y eso reduce a siete meses, el tiempo que Congreso y Senado tendrán para tramitar las normas que quedan pendientes.
Las leyes por desbloquear antes de las elecciones
Entre las reformas pendientes se encuentran algunas importantes normas para el Gobierno. Promesas electorales con las que el presidente Sánchez llegó a la Moncloa como la Ley de vivienda, estancada desde hace más de un año; la de bienestar animal que divide a los socios de coalición y que cuya negociación a punto estuvo de descarrilar el pasado mes de diciembre; o la derogación parcial de la ‘ley mordaza’, pendiente desde hace el inicio de la legislatura y que los socios quisieran aprobar en febrero como tarde. Pero no son las únicas.
Según los cálculos realizados por Europa Press, el Congreso acumula ya 25 leyes que en su día aceptó tramitar por el procedimiento de urgencia. La mayoría llegaron a la cámara baja hace dos años, en 2020, pero siguen paralizadas.
Casi una veintena de iniciativa, prorrogadas hasta 90 veces
Todas esas iniciativas legislativas proceden de decretos leyes del Gobierno que recibieron el visto bueno por el Pleno del Congreso. Los grupos las convalidaron (la mayoría respondía a la toma de medidas de máxima importancia en plena pandemia) pero exigieron que se tramitarán como proyectos de ley para dar margen al Legislativo para modificarlas en caso de necesidad. Los socios de coalición aceptaron, pero nunca más se ha vuelto a saber de ellos.
La Mesa del Congreso -el órgano que dirige la cámara baja y en la que Partido Socialista y Podemos tienen mayoría- ha prorrogado en casi un centenar de ocasiones los plazos para presentar enmiendas a más de una quincena de esas iniciativas. Según las cuentas avanzadas por Europa Press, algunas leyes pendientes acumulan una media de entre setenta y noventa prórrogas semanales. Otras han superado esa fase, pero nunca han llegado a debatirse en ponencia. Con el calendario electoral ya en marca, el Congreso debería retomar pronto su tramitación para que no peligren. Una vez disueltas las Cortes Generales, todas las iniciativas parlamentarias, estén en el punto que estén, decaen definitivamente.