Elecciones generales 2019
Pedro Sánchez ha calificado de "ilusionante" la firma del acuerdo entre las dos organizaciones: "No habría justificación para mantener el bloqueo". Las líneas fundamentales del futuro gobierno están recogidas en un documento con ideas genéricas (empleo, corrupción, cambio climático, feminismo, nuevos derechos, despoblación, "convivencia en Cataluña"...) de carácter "rotundamente progresista", en el que -dice Sánchez- "no cabrá el odio y la confrontación entre españoles". La estructura y funcionamiento de ese ejecutivo de coalición se se ultimará después de la investidura. Será un acuerdo para cuatro años, de legislatura, abierto a otras fuerzas para llegar a formar una mayoría estable. Ha anunciado una ronda con los otros partidos.
Pablo Iglesias ha calificado el pacto de "preacuerdo", para unir la "experiencia del PSOE" y la "valentía de Podemos". Y lo concibe como una "vacuna contra la extrema derecha". Y ha añadido que es tiempo de dejar atrás los reproches. Incluso después de los desencuentros habidos dice que es un "honor trabajar desde el gobierno, para lo que contarán con su lealtad".
Negociación rápida... al contrario que la anterior
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han comenzado la negociación de un acuerdo para la investidura del candidato socialista apenas unas horas después de conocidos los resultados de las elecciones generales 2019. Tras los desencuentros anteriores, ahora sí se ha avanzado. El problema es que sus votos suman menos escaños que tras el 28-A. El avance en las negociaciones se ha escenificado con una reunión pública en el Congreso y una declaración sin preguntas. La negociación la lideran ellos directamente, al contrario de la anterior, que protagonizaron sus respectivos equipos, pero han participado los equipos del presidente y de Podemos. En la imagen de este acuerdo no estaban la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ni Pablo Echenique, cabezas de la anterior negociación. Aunque Sánchez e Iglesias también escenificaron sonoros desencuentros a lo largo de la anterior legislatura frustrada. Los dos líderes solo consiguieron desbloquear la negociación de los presupuestos generales del Estado, que después no fueron aprobados y provocaron la convocatoria de las otras elecciones.
Albero Garzón lo anticipa
Antes de la reunión era el coordinador de Izquierda Unida, Alberto Garzón, socio de Unidas Podemos el que lo daba por cerrado el acuerdo para un gobierno de coalición: "Hemos alcanzado un acuerdo para un gobierno de coalición entre Unidas Podemos y PSOE. Hoy es un día de celebración. Gracias a toda la militancia que peleó que pudiéramos llegar aquí. Hemos demostrado que se puede"
Podemos reunió el lunes a su Consejo de Coordinación para analizar el resultado electoral de este 10-N y plantear la estrategia política a seguir por la formación en las próximas semanas. Fuentes del partido señalaron que se mantienen firmes en exigir un Gobierno de coalición con el PSOE, máxime con el auge de Vox en esta repetición. Estas mismas fuentes recalcan que las intervenciones de los dirigentes morados han ido en la línea defendida por Iglesias este domingo, y que ha habido respaldo pleno al líder. Valoran el resultado como "bastante digno", más teniendo en cuenta la coyuntura en Cataluña o la entrada en el juego político estatal de la formación de Iñigo Errejón. Ahora se ha visto que prácticamente en paralelo a esa reunión no comunicada a los medios ya se estaba negociando.
A la misma hora, el ministro de Fomento en funciones y secretario de Organización del PSOE, José Luis Abalos, advertía que su partido no apostaba por la gran coalición y dejaba claro que no veía otra alternativa que un gobierno progresista. El dirigente socialista calificó la situación salida de las urnas como "compleja" y de "política muy dinámica", que exigirá "mucho trabajo". Pero dejó claro que el compromiso del PSOE es el de "tratar de articular esta realidad compleja para plantear un gobierno de carácter progresista".
Ahora cabe la investidura en primera votación, mayoría absoluta, o en segunda, más votos a favor que en contra, pero para gobernar de forma estable se necesitan más votos que los que aportan de PSOE y Podemos. Los socialistas necesitan, además de sus 120 diputados y los 35 de Unidas Podemos, contar con varios de estos partidos: los 10 de Cs, siete del PNV, tres de Más País y Compromís, dos de Coalición Canaria y los escaños del BNG, ¡Teruel Existe! y el PRC, que obtuvieron uno cada uno. Esa alianza sin independentistas puede llegar hasta 180 votos, de sobra para una investidura.