Cumbre Vieja
Pese a la complicada situación por la que está viviendo La Palma, los turistas no paran de llegar durante este puente para ver por sus propios ojos cómo es la erupción del volcán
El turismo llega a La Palma. Si bien la nueva colada de lava preocupa especialmente dentro de la ya tensa situación que está viviendo la isla canaria, la llegada del puente de diciembre se ha convertido en una oportunidad para los habitantes del lugar de convertir el escenario del volcán en un espacio de gran afluencia turística.
Tanto es así que la ocupación en La Palma supera ya el 90% y este mismo lunes se espera que aterricen una veintena de vuelos. Un punto de inflexión, una parada, una toma de aire para los palmeros y especialmente para los turistas, que vienen desde todos los puntos de España para ver con sus propios ojos este fenómeno natural.
Muchos dicen que les impresiona y que les ha dejado sin palabras, pero lo cierto es que la erupción del volcán de Cumbre Vieja es más que eso y no para de expulsar lava desde las diferentes grietas abiertas. Tampoco cesa en los temblores. Tanto es así que en las últimas horas se ha registrado el seísmo de mayor intensidad desde el comienzo de la erupción, localizado a 15 km de profundidad en Fuencaliente.
90% de ocupación y 5.000 camas inutilizadas
Mientras tanto, los turistas se agolpan en el mirador de Tajuya para observar cómo se produce este fenómeno. Aunque, eso sí, no todos vienen con las manos vacías. Otros tantos turistas también se han presentado en La Palma con el fin de ayudar a quitar ceniza de las casas o en paquetes turísticos cuyos beneficios se destinan en parte a los afectados por el volcán.
Así se ha conseguido que los hoteles estén casi llenos, aunque hay casi 5.000 camas inutilizadas de los lugares más afectados por el volcán.