Igualdad
La norma establece la prohibición de cualquier tipo de anuncio sobre prostitución. Las asociaciones feministas reconocen que no es suficiente porque "deja desamparadas a las mujeres prostituidas".
El Congreso de los Diputados ha dado luz verde a la nueva ley del 'solo sí es sí', una norma cuyo eje central es el consentimiento y la voluntad de las mujeres a la hora de mantener relaciones sexuales. Esta ley incorpora, además, agravantes como la sumisión química.
La ley "se queda coja"
Sin embargo, el proyecto estrella del Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero ha dejado entrever una "falta de atrevimiento" en materia de prostitución. Así lo han reconocido varias organizaciones feministas: "Esta ley hubiera supuesto un gran avance en la violencia sexual", ha advertido Yolanda Basteiro, presidenta de Federación de Mujeres Progresistas.
En la misma línea, Sonia Gómez, portavoz de Confluencia Movimiento Feminista, ha reconocido que se "deja desamparadas a las mujeres prostituidas". "No han puesto en duda que las mujeres prostituidas no son voluntarias, no hay mujeres que voluntariamente se dedican a la prostitución porque la pobreza no te permite voluntariedad, la marginalidad no te permite voluntariedad y no tener papeles no te permite la voluntariedad. Es decir, nadie que tuviera una vida digna decide ser prostituta", ha manifestado.
Identidad de género y conceptos sexistas
Por otro lado también han lamentado que la norma se "haya aprovechado" para incluir conceptos sexistas: "Nos indigna que la ley se haya aprovechado de forma torticera para meter el concepto sexista identidad de género, ya que esa teoría les dice a los menores que todo el mundo tiene una identidad de género y que pueden haber nacido en un cuerpo equivocado que tendrían que modificar mediante hormonas o cirugía. Esto nos parece gravísimo porque está conduciendo a las y los menores a la medicación y, muy previsiblemente, a cirugías innecesarias e irreversibles", han apostillado.
Acabar con la impunidad de los agresores
A pesar de las críticas las instituciones feministas han celebrado su puesta en marcha porque esperan que con esta ley "se produzca un efecto importante en la confianza de las mujeres en el sistema judicial" y que se termine "con esa sensación de impunidad".