Coronavirus
Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, ha respondido en directo a las preguntas de Mónica Carrillo y Matías Prats en Antena 3 Noticias Fin de Semana, en una entrevista en la que ha criticado duramente la posición de los políticos españoles ante el coronavirus. Estas han sido sus palabras.
¿No teme que la llegada de turistas madrileños empeore la situación de la pandemia en Cantabria?
Por desgracia no han llegado muchos, pero no se me hubiera ocurrido invitar a los madrileños después de haber decretado el gobierno el estado de alarma. Estoy en contra de esta fobia que que se tiene a diferentes territorios. Hoy estamos muy bien nosotros, pero a lo mejor dentro de unos días estamos mal. Los madrileños son españoles como todos y yo encantado de que hubiera venido mucha gente, y sí que los hemos tenido este verano, que hemos batido el récord en Cantabria y hemos sido el territorio que más turistas ha tenido de España. Estoy en la teoría de que no podemos parar la economía porque si no la pandemia económica va a ser peor que la sanitaria.
¿La unidad en estos tiempos es misión imposible?
Por desgracia sí. He visto de todo, pero nunca he visto una clase política menos solidaria y más alejada de los problemas generales. No veo que haya material humano para que hubiera una reacción, que está esperando el pueblo español. Si no somos capaces de ponernos de acuerdo ante una enfermedad, imaginémonos en otras materias. Estoy muy desanimado viendo el panorama político que veo a mi alrededor.
¿Qué diferencia su gestión para que Cantabria sea una de las comunidades con menos contagios?
Que los políticos lo dejamos en manos de los sanitarios, nosotros hemos tomado medidas durísimas pero quienes toman las medidas en una pandemia son los que saben, que son los médicos. Cuando ha habido que cerrar Santoña, la decisión no la toma el gobierno, sino el comité de expertos, por ejemplo. El gran problema que estamos viviendo en España es que los políticos están haciendo de médicos. En Cantabria toman las daciones los que saben y no nos está yendo mal, aunque no hay que cantar victoria.