Pamplona
Simpatizantes de Bildu celebran con charangas en la plaza Consistorial la elección de Joseba Asiron como alcalde, separados por un cordón policial de los manifestantes de UPN.
Este jueves, Joseba Asiron, de EH Bildu, ha vuelto a tomar posesión del cargo de alcalde de Pamplona cuatro años después, gracias a una moción de censura que ha salido adelante con los votos del PSOE navarro. En total, han sido 15 votos a favor y 11 en contra. Se trata de la primera vez que Bildu llega a la alcaldía de la capital navarra con la ayuda de los votos de uno de los dos principales partidos constitucionalistas.
Desde el PSOE, un partido que nunca había aceptado pactar con Bildu, justifican su apoyo a Asiron diciendo que el mandato de la ya exalcaldesa Cristina Ibarrola, de UPN, se encontraba totalmente paralizado. Asimismo, aseguran que esta decisión no tiene nada que ver con los escaños fundamentales que Bildu ofreció a Pedro Sánchez para su investidura como presidente del Gobierno. "La ciudad estaba bloqueada y paralizada y Bildu está dando pasos, poniendo sobre la mesa el reconocimiento de las víctimas del terrorismo, aunque tiene que dar más, por eso nosotros no entramos a gobernar con ellos", ha expresado Ramón Alzórriz, secretario de Organización del PSN.
De esta forma, Asiron liderará un gobierno tripartito formado por Bildu, Geroa Bai y Contigo Zurekin. Contará con un total de 11 concejales de 27, por lo que se verá forzado a negociar constantemente con el PSN para aprobar cualquiera de sus proyectos.
A raíz de este acuerdo, la tensión en los últimos días ha sido altísima, y este jueves están teniendo lugar dos concentraciones a la vez. Por un lado, están los simpatizantes de UPN para clamar contra la moción, mientras que por el otro se encuentra Bildu precisamente para todo lo contrario: celebrarla. Ambas están convocadas a las puertas del Ayuntamiento, por lo que se podrían producir altercados.
La concentración de Bildu fue notificada a la Delegación del Gobierno antes de que se hiciese pública la moción de censura. Por este motivo, una vez salió a la luz, UPN respondió y anunció su propia manifestación ese mismo día y en el mismo lugar, algo que desde la Delegación recomendaron cambiar. A pesar de carecer de permiso para concentrarse, centenares de simpatizantes se han movilizado.
"Sin duda será un momento desagradable y difícil para nuestro grupo municipal y, por eso, queremos animarte a que te acerques a la Plaza del Ayuntamiento para que les arropemos a la salida y les mostremos nuestro cariño, sobre todo teniendo en cuenta que la izquierda abertzale va a estar presente para celebrar que echan a UPN de la alcaldía y que regresa Asirón", expresaba la dirección de UPN a través de una misiva enviada a sus afiliados. En ella, también llaman al respeto y a la no violencia. "Tenemos que dejarles claro, desde el respeto y sin caer en ninguna provocación, que Pamplona no se vende", remarca.
En esa misma línea fue el futuro alcalde quien, ante un eventual encuentro entre ambas concentraciones, realizó un llamamiento al "respeto a quienes piensen diferente, sosiego ante el enfado de algunos y alegría por lo conseguido". "Mañana muchos ojos estarán puestos en nuestra ciudad. Miradas propias y miradas ajenas. Miradas cercanas y miradas lejanas, pero todas ellas queriendo transmitir su propio punto de vista. Es nuestra oportunidad para transmitir la mejor de las imágenes de la ciudad", ha insistido.
La concentración de Bildu ha comenzado poco antes del pleno y el partido ha contratado a una charanga para celebrar el "cambio" en la plaza del Ayuntamiento, donde se ha reforzado la presencia policial con hasta cinco dotaciones de la Policía Nacional. De la misma manera, se ha protegido con furgones la sede del PSOE en Pamplona, ubicada en el paseo Sarasate.
Los simpatizantes de Bildu llevaban banderas de Palestina y Navarra sin corona. Tras su elección como alcalde, Asiron ha salido al balcón junto a Maider Beloki y Koldo Martínez para darse un baño de masas, que han respondido con gritos de "Asiron, Asiron".
Por parte de UPN, hay en torno a 300 manifestantes en los aledaños de la plaza Consistorial frente a un cordón policial que les impide el paso ya que carecen de permiso para concentrarse. Se han escuchado gritos de los simpatizantes de Bildu contra los de UPN y viceversa.
La tensión en las calles es un reflejo de la tensión política que ha ido aumentando desde que la moción fue anunciada. Una tensión protagonizada especialmente por PSN y UPN, con Bildu más al margen. Por un lado, Alzórriz ha acusado a los regionalistas de montar una campaña de descalificaciones contra su partido, provocando la renuncia del acta de uno de sus concejales. El presidente de UPN, Javier Esparza, incluso llamó "escoria" a los socialistas, mientras que Ibarrola los ha calificado de "mentirosos" y a Alzórriz de "desnortado".