EN UN ARTÍCULO DE OPINIÓN EN 'LE FIGARO'

Mas asegura que el derecho a decidir "no tiene nada que ver con el nacionalismo"

El presidente catalán dice que su intención "no es levantar fronteras" y vincula el catalanismo con un "profundo europeísmo". Mas asegura que los catalanes "no piden nada que no se haya reconocido ya a otros pueblos", y cita los casos de Escocia y Québec, doned fue rechazada, y Lituania y Montenegro, donde sí triunfó el independentismo. Asimismo, defiende que los catalanes no tienen el menor problema con el resto de españoles.

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, asegura que su intención "no es levantar fronteras" y que la voluntad de los catalanes de decidir sobre su futuro "no tiene nada que ver con el nacionalismo", en un artículo de opinión publicado en el diario francés 'Le Figaro'.

En el texto, Mas vincula el catalanismo con un "profundo europeísmo" y argumenta que el euroescepticismo y el populismo no han conseguido implantarse en Cataluña. "Un país plenamente integrado en Europa. Esa es la razón por la que nuestra intención no es levantar fronteras", escribe Mas en el periódico francés, antes de afirmar que si los catalanes deciden ser independientes "nuestro país será siempre un aliado fiel de Europa y de los valores que representa".

Añade que "la voluntad de los catalanes de decidir su futuro no tiene nada que ver con el nacionalismo, como pretenden algunos". Mas recuerda que siete de cada diez catalanes tienen un origen de fuera de Cataluña y que el catalán es todavía una lengua minoritaria, por lo que "seríamos unos irresponsables si pretendiésemos construir, sobre esta realidad, un proyecto político de carácter nacionalista".

El presidente de la Generalitat escribe que los catalanes "no piden nada que no se haya reconocido ya a otros pueblos", y cita los casos de Escocia y Québec, donde la independencia fue rechazada, y los de Lituania y Montenegro, donde sí triunfó el independentismo. Considera que el "proceso participativo" del pasado 9-N fueron unas votaciones "muy especiales", en las que se movilizó una cifra de votantes similar a la registrada en las últimas elecciones europeas.

Al mismo tiempo, defiende que ni los catalanes ni el Govern tienen el menor problema con los ciudadanos españoles, pero acusa al Gobierno español de "intentar bloquear hasta el último momento" las votaciones "sin querer comprender que el movimiento tiene un origen político que requiere de una solución política".

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