ALERTA DE LAS CONSECUENCIAS ECONÓMICAS EN CATALUÑA
El exministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, ha valorado la situación actual en Cataluña tras el referéndum ilegal del pasado 1 de octubre. En su opinión, los "efectos van a ser perniciosos para todos" y recuerda que "Cataluña debe 75.000 millones de euros, sin tener en cuenta la cuarta parte que le correspondía de la deuda española, cuyo 60% de esa deuda está siendo pagada por los contribuyentes a través del FLA".
Margallo explica que, entre las consecuencias de la independencia catalana, el BCE se cerraría, el acceso a los mercados no se abriría, la nueva moneda tendría un bajo valor, del 50% del euro, y aunque esa devaluación ayudaría a las exportaciones, el comercio catalán al exterior se resentiría.
El exministro ha recordado que "Cataluña exporta más a Aragón que a Alemania" y explica que "el comercio entre dos territorios cuando se separan cae un 50%". Por todo ello, subraya que no ve "ningún efecto positivo y han tenido que ser las empresas las que den la voz de alarma".
"En este conflicto no va a haber vencedores, todos vamos a ser vencidos", ha añadido.
En relación a la encarcelación de Jordi Cuixart y Jordi Sànchez, Margallo ha sostenido que "están siendo investigados y procesados por un delito de sedición, tipificado en el Código Penal, por unos jueces imparciales", pero cree que "interesa decir que se trata de presos políticos y no políticos presos".
Por otro lado, ha señalado que la estrategia de los independentistas "era lograr el reconocimiento internacional, pero al ver que eso no llevaba a ningún lado, quieren demostrar que hay un Estado opresor detrás".
En su opinión, "se ha tardado mucho en intervenir y la intervención ha tenido que ser más cruenta de lo que habría sido en el 2014, pero esto había que pararlo".
El exministro popular ha indicado que "la declaración de independencia que haga Puigdemont no sirve para nada más que para incendiar la calle". Asimismo, explica que "para que la independencia sea efectiva, el gobierno que la proclame tiene que tener el control de fronteras y que haya un reconocimiento internacional".
"Lo que un Estado no puede hacer es permanecer impasible cuando se produce una secesión y las instituciones están tomadas por un grupo faccioso", ha afirmado Margallo.