en un escrito
El magistrado Manuel Marchena ha proclamado su independencia para juzgar el caso del procés en su escrito de alegaciones contra la recusación presentada por los procesados en la causa para apartarle del juicio, y afirma que jamás concibió el ejercicio jurisdiccional como instrumento al servicio de una opción política.
Marchena ha presentado este viernes su escrito de alegaciones frente a la petición de las partes de que se aparte por no considerarle parcial. Rechaza la recusación por "carecer de todo interés directo o indirecto" en este procedimiento.
Se trata de un escrito que, junto con el presentado por la Fiscalía, la Abogacía del Estado y la acusación popular, que ejerce Vox, deberá ser tenido en cuenta por la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo a la hora de decidir si las recusaciones de las defensas se rechazan de plano o se llevan finalmente a la denominada Sala del 61 del alto tribunal para que el asunto se debata a fondo.
Recuerda Marchena que es la séptima vez que las defensas cuestionan la imparcialidad de magistrados del Supremo en este órgano -ya lo hicieron con la totalidad de los que van a enjuiciarles y también respecto del instructor Pablo Llarena- y dice también que recusar por el hecho de que en España el Parlamento elija a los miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sería tanto como descalificar las justicias de otros países como Bélgica, Portugal o Francia, donde los políticos también participan en la designación de miembros del Poder Judicial.