GRAVES DISTURBIOS EN EL 22-M
Los grupos antisistema que el pasado sábado protagonizaron los altercados en el centro de Madrid saben cómo organizarse y cuál debe ser el 'modus operandi'. "Hay una instrucción clara, eso no surge de una manera espontánea", dice Fidel Rodríguez, profesor de sociología.
Sus armas suelen ser palos de hasta dos metros de longitud con la punta afilada y piedras. Llevan ropa cómoda para poder moverse con rapidez, el rostro cubierto y protección en otras partes del cuerpo para actuar con mayor impunidad. El objetivo es buscar en todo momento el cuerpo a cuerpo con la Policía.
Suelen aprovechar una protesta legítima para reventarla desde dentro y convertir la ciudad en un auténtico campo de batalla. Sólo persiguen la violencia por la violencia. "Es un punto de la subversión por la subversión, de la anarquía por la anarquía", añade Rodríguez.
La brecha en la cabeza de un policía, un casco o un escudo completamente destrozados son sólo algunos ejemplos de la brutalidad con la que actúan.