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Más de dos meses después de las elecciones, Pedro Sánchez encara la investidura con tan solo un voto asegurado además de los 123 escaños que obtuvo el PSOE el 28 de abril: el del Partido Regionalista de Cantabria. Los socialistas mantienen contactos con otros grupos, pero ninguno les ha asegurado su voto. Podrían contar con alguno más, o abstenciones, entre los valencianos de Compromís, el PNV o, incluso algunos independentistas catalanes.
Pero en el caso de contar con todos esos apoyos, en grupos minoritarios, todavía faltaría la abstención de Podemos para resultar elegido.
El candidato necesita 176 votos en la primera votación y dos días después tener más votos a favor que en contra.