ALGUNOS TUVIERON QUE CERRAR
Tras los atentados del 17-A, algunos establecimientos cerraron los días posteriores. El silencio inundaba las calles: persianas cerradas y terrazas vacías era la escena más recurrente.
Casi no se hizo caja. Los que más notaron el impacto económico después de la tragedia fueron los hoteles. En unas horas, las reservas se fueron cancelando por el temor de los turistas.
Sin embargo, según afirma la directora comercial del hotel Catalonia Plaza, Alicia Gómez, "un año después, Barcelona se ha recuperado". Los comerciantes aseguran que no van a "dejar de hacer cosas por los atentados" y recomienda a la gente que vaya para "conocer otras culturas".
Aunque, a pesar de que los negocios vuelvan a la normalidad, la huella de los atentados quedará para siempre.