LOS MOMENTOS MÁS TENSOS
La primera parte del debate de investidura ya hizo subir el nivel de tensión entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Las acusaciones que se hicieron difícilmente auguraban una negociación positiva. Los dos días de reuniones y contactos han agravado la situación. Y se ha percibido en las imágenes del pleno.
Cada afirmación de Sánchez era respondida desde el escaño por Iglesias con una negación. Además, el secretario general de Podemos mostraba una expresión seria, dura, incluso de enfado. En varios momentos se han mantenido la mirada entre la tribuna y el escaño.
Cuando intervino Pablo Iglesias sucedió lo mismo con Sánchez, aunque su gesto era menos tenso. Las negativas las acompañó de algún comentario, con una medio sonrisa en algunos casos o un gesto despreciativo en otras. En particular en el momento culminante de la nueva propuesta de Iglesias. Inmediatamente los ministros le dicen que la gestión de las políticas activas de empleo no es posible y también le llega el mensaje al móvil.
La intervención de la portavoz socialista, Adriana Lastra, subió aún más la tensión entre ellos. Entre gestos serios, sonrisas y negativas, se ve a Iglesias reaccionar por lo bajo a una de sus acusaciones con una expresión que algunos han traducido como "qué poca vergüenza".