POR UNA VIOLACIÓN DE LA SOBERANÍA
En un comunicado, David Lidington, viceministro encargado de Europa en el Foreign Office, ha indicado que la incursión de un barco español de investigación oceanográfica, acompañado por una patrullera de la Guardia Civil en aguas de Gibraltar es "ilegal" y supone "una violación de nuestra soberanía".
Gibraltar considera que tiene jurisdicción sobre tres millas náuticas alrededor del Peñón, algo que no reconoce España, pues en virtud del Tratado de Utrecht de 1713 solo admite la soberanía gibraltareña sobre las aguas del puerto. En su nota, Lidington dijo hoy que condena en términos "enérgicos" esta incursión, que calificó de "provocadora", y pidió al Gobierno español que haga esfuerzos por evitar que esta situación vuelva a repetirse.
Según el viceministro, el barco -el "Ángeles Alvariño", del Instituto Oceanográfico Español (IOE)- hizo una incursión "ilegal" y estuvo acompañado por una embarcación de la Guardia Civil española, que realizó maniobras "peligrosas". Lidington señaló que, en virtud de la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar, las aguas alrededor del Peñón son de manera "indiscutible aguas territoriales británicas, bajo soberanía del Reino Unido, en las que sólo el Reino Unido tiene derecho a ejercer jurisdicción".
Lidington insistió en que el Gobierno británico considera "grave" cualquier intento de España de "ejercer autoridad o control dentro de las aguas territoriales británicas de Gibraltar" y considera tales incursiones como "una violación de nuestra soberanía". Al mismo tiempo, el responsable de Europa del Foreign Office resaltó que la soberanía del Reino Unido sobre las aguas de Gibraltar no resulta afectada por "tales violaciones".
Lidington concluye su comunicando reiterando que el Gobierno británico tomará todas las medidas necesarias para defender la soberanía británica de Gibraltar y "los intereses de ese territorio, su población, su seguridad y economía". El año pasado Londres y Madrid vivieron momentos de tensas relaciones tras el lanzamiento de decenas de bloques de hormigón por parte de las autoridades gibraltareñas en la Bahía de Algeciras.
Gibraltar, con un gobierno autónomo, tomó esta medida sin previo aviso para crear un arrecife natural, impidiendo que los pescadores españoles pudieran faenar en esas aguas. Poco después el Gobierno español empezó a aplicar controles de entrada y salida en la frontera común, que se tradujeron en largas esperas en la Verja, lo que provocó protestas por parte de las autoridades del Peñón y del Reino Unido.
Las otras tres ocasiones en que Federico Trillo fue convocado al Foreign Office fueron en noviembre de 2012 y en agosto y noviembre de 2013.
Todas ellas se debieron a la supuesta incursión de buques españoles en las aguas que rodean al Peñón, excepto en agosto de 2013, cuando la razón fueron los registros en la entrada en el Peñón.