Nació cuando sus padres eran todavía príncipes y se hablaba de cambiar la Constitución para eliminar la preeminencia del varón en la sucesión al trono, una reforma que se quedó -como otras- en mera discusión.
Su padre explicó que la razón del nombre, además de gustarles, era “porque tiene muchos vínculos históricos”. Leonor, la madre del primer príncipe de Asturias, es uno de los personajes de la novela romántica de Larra “El Doncel de Don Enrique el Doliente” y Letizia Ortiz le regaló al príncipe un ejemplar cuando se comprometieron. Varias reinas y princesas de Castilla, Aragón y Navarra se llamaron así.
Estudia en el mismo colegio que su padre, el Santa María de los Rosales, que queda cerca de La Zarzuela. Es privado, mixto y con educación religiosa. Practica la hípica y toca el violonchelo. Está en estudio qué educación superior recibirá, y en particular la militar, ya que el jefe del Estado también es el comandante de los ejércitos.
La primera vez que la vimos en un acto público fue en el Palacio Real recibiendo a la selección de fútbol en el Mundial de 2010. Poco después en una entrega de despachos a los nuevos oficiales en la academia del Aire.Aunque los primeros actos que seguro no podrá olvidar pueden ser dos. La proclamación de su padre en las Cortes, tras la abdicación de su abuelo Juan Carlos I. Y cuando Felipe VI le dijo cuál debe ser el cometido y los deberes de un rey de España, durante la ceremonia en la que le concedió del Toisón de Oro, la más alta condecoración de la monarquía española. Leonor, además de Princesa de Asturias, es princesa de Girona, princesa de Viana, duquesa de Montblanch, condesa de Cervera y señora de Balaguer, reuniendo los títulos que tradicionalmente han tenido los herederos de las coronas de Castilla, Aragón y Navarra.
Coincidiendo con su primer acto público como Princesa de Asturias ha protagonizado una polémica distinta. Si efigie aparece, junto con la de su padre, en una moneda conmemorativa del 1.300 aniversario del Reino de Asturias, pero casi nadie la ha reconocido en el perfil acuñado. Ya pasó algo parecido con su figura en el Museo de Cera, claro que en eso no ha sido la única.
Entre los inconvenientes de su condición, a su edad, está que todavía tendrá que esperar para poder salir sola con las amigas. Se trata de evitar situaciones comprometidas con la disculpa de esperar a que sea algo mayor su hermana, entre otras cosas porque todo el mundo -y sobre todo los adolescentes- siempre tienen a mano un móvil con el que grabar un vídeo o hacer una foto. Un tiempo extra de tranquilidad para su madre y los escoltas.