Según datos del C.G.P.J.

La justicia española acorta los plazos, pero todavía se considera lenta

Durante 2014 se abrieron más de 8,5 millones de asuntos en los juzgados. Aunque se dictaron más sentencias de los casos que entraron, todavía se arrastran 2,5 millones que están pendientes. Tenemos la imagen de que la justicia es lenta, y así sucede en muchos casos, pero la media para resolver un caso -aunque llegue al Tribunal Supremo- es de menos de un año.

Entre lo que más preocupa a los españoles de sus tribunales es su lentitud y el hecho de que cuanto más tarden los procesos, el coste es mayor. Que la justicia no va tan rápido como debería lo reconocen quienes dependen de ella, pero esa situación va mejorando según las estadísticas.

Los plazos se han acortado, según el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Lo que se tarda en los juicios en dictar una primera sentencia ha descendido ligeramente, ahora es de 3,7 meses.

En los procesos de segunda instancia, se ha pasado de 5 a 4,6 meses. Y si el recurso es ante el Tribunal Supremo, se llega hasta los 11 meses.

“Mejorar se ha mejorado, pero todavía le queda bastante”, asegura la abogada Beatriz García.

Y es que esa estadística es al fin y al cabo un tiempo medio que tiene en cuenta tanto actos de conciliación, por lo general rápidos, como procesos más complejos. En el caso de juicios y sentencias, los tiempos siguen siendo demasiado largos, dicen jueces y abogados.

“No antes de un año o año y medio en la mayoría de los procedimientos se logra una sentencia, incluso el propio señalamiento del juicio está diferido a más de un año”, señala Marcelino Sexmero, de una asociación de jueces.

“Hay que ir a los esencial en cada uno de los hechos delictivos, y no crear macrocausas”, dice el juez decano de Zaragoza, Ángel Dolado.

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