JUICIO POR LAS TARJETAS BLACK
Varios exconsejeros de Caja Madrid han admitido durante el juicio a los 65 usuarios de las tarjetas opacas de la entidad que utilizaron sus visas en gastos "de todo tipo", especialmente en "viajes, regalos, comidas y libros", siguiendo consignas de la secretaría general, que les dio libertad de uso.
Según ha explicado en calidad de testigo el que fuera integrante del Consejo de Caja Madrid entre marzo de 2005 y julio de 2006 Ignacio Varela, el exsecretario Enrique de la Torre le aseguró que la tarjeta formaba parte de su retribución, por lo que podía disponer de ella libremente y para cargos de cualquier tipo, incluidos "los billetes para un viaje privado".
Varela ha remarcado las múltiples conversaciones que mantuvo con De la Torre en relación a la naturaleza de este medio de pago, y ha explicado a la sala que preside la juez Ángela Murillo que fue el exsecretario general quien le garantizó que no había necesidad de presentar recibos, ya que los órganos de administración tenían un control permanente de los gastos.
En este sentido, ha dicho que siempre confió en su palabra, ya que fue De la Torre quien le indicó que la caja era la encargada de comunicarle cuándo se producía un cargo no adecuado. Una afirmación sobre la que ha incidido el fiscal del caso, Alejandro Luzón, a quien Varela no ha podido ilustrar sobre qué tipo de gastos habrían resultado inadecuados.
Cuestionado por el uso personal dado a su tarjeta, con la que desembolsó 35.722 euros, ha aseverado que De la Torre le "tranquilizó" asegurándole que el sistema estaba aprobado "por todos los órganos de la caja, el Banco de España, la Agencia Tributaria y la CNMV". También ha señalado que tras su cese el exsecretario le dijo que podía usar la tarjeta "tres meses más en los mismos términos y con el mismo régimen", y que llegado el último día lo que debía hacer era "destruirla".
La defensa de Enrique de la Torre ha recordado la carta abierta remitida por Varela a su partido, del que fue asesor electoral durante la época de José Luis Rodríguez Zapatero, en la que afirmaba que devolvería las cantidades percibidas sólo si se lo exigía un juez, y ha hecho alusión a una presunta denuncia de Bankia que no se ha resuelto. Al respecto, el testigo ha matizado que no recibió ninguna reclamación hasta que el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu "decidió imputarme y después desimputarme por prescripción", ya que el límite temporal al tratarse de gastos inferiores a 50.000 euros es de cinco años.
En los mismos términos se ha expresado Emilio de Navasqüés, hermano de uno de los acusados, Ignacio de Navasqüés, y exconsejero de la caja bajo tres presidencias diferentes, quien ha explicado que usaba la tarjeta "con prudencia" aunque para gastos propios que no debía justificar, razón por la que "no podía ser otra cosa que una retribución" ampliamente conocida "por todo el mundo".
La defensa del exconsejero a propuesta del PP Jesús Pedroche ha solicitado a la sala que se incorporen al procedimiento dos cartas de 1988 y 1992 en las que, de forma expresa, se hace referencia al número clave secreto (PIN) "para poder utilizar la tarjeta en los cajeros". Según el letrado, esta versión contradice la del expresidente de la caja Jaime Terceiro quien negó que se pudiese extraer metálico con las visas, lo que ha achacado a "un fallo de memoria y no a mala fe", argumentos que han convencido a la sala, que ha acordado añadir dicha documentación.
No así el careo propuesto por el abogado del ex director general de Caja Madrid Ildefonso Sánchez Barcoj con Enrique De la Torre, al considerar que es el tribunal el encargado de resolver las contradicciones entre ambos acusados.
El juicio contra los 65 usuarios de las tarjetas, que se enfrentan a penas de entre seis y un año de prisión por apropiación indebida, se retomará el próximo miércoles, jornada en la que los expertos propuestos por las partes explicarán los resultados de sus peritajes.