JUICIO EN LA AUDIENCIA NACIONAL
Al parecer, los etarras enviaron un paquete bomba al domicilio de Marisa Guerrero. Esta sospechó y lo comunicó a la policía. Afortunadamente los especialistas pudieron desactivar el artefacto explosivo. Minutos antes la sobrina de Mariza Guerrero, una pequeña de corta edad, llegó a jugar con ese paquete.