Sedición
En la mañana de este jueves, el magistrado del Tribunal Supremo aplicaba la eliminación del delito de sedición y Puigdemont se veía beneficiado. En el auto, el juez ha mostrado su rechazo a la norma.
Tras la entrada en vigor de la reforma del Código Penal, que suprime el delito de sedición, uno de los grandes beneficiados es Carles Puigdemont. Este jueves, el magistrado Pablo Llarena aplicaba la derogación de este delito y, por tanto, el expresidente de la Generalitat se veía exonerado. Y aunque Moncloa ha rebajado también las condenas por malversación, el juez del Alto Tribunal se ha negado a aplicar a Puigdemont ese delito rebajado, manteniendo la malversación agrava.
Si el Tribunal acepta esa tesis para el resto de condenados, ninguno de ellos podrá presentarse a las elecciones tal y como pretenden, pues quedarían inhabilitados para cualquier cargo público.
En el auto, Llarena ha arremetido contra esta polémica reforma del Código Penal: el magistrado cree que establece un "contexto cercano a la despenalización" de los delitos que se cometieron con la celebración del referéndum unilateral de independencia. Y asegura que el texto "ha encontrado su génesis" en la sentencia del Procés, pues desde 1995 no se ha dictado ni una sola resolución en la que se apliquen las penas por sedición.
En esa línea, el juez muestra su rechazo a las justificaciones del Gobierno que aseguran que, con esta reforma, se 'europeiza' la legislación actual de nuestro país: "La norma era plenamente homologable a la de los países de nuestro entorno para afrontar comportamientos como el enjuiciado", recoge el auto de este jueves.
Asimismo, Llarena cree que el nuevo delito de "desórdenes públicos agravados" es "inviable" con los delitos cometidos en el proceso independentista por entonces, en 2017: "Es igualmente inviable una sanción para los tipos penales de desórdenes públicos que hoy se introducen".
Puigdemont asegura que seguirá luchando por una "Cataluña libre"
Tras el anuncio del juez Llarena, el expresidente de la Generalitat ha comparecido en la tarde de este jueves, desde Bruselas, para anunciar que seguirá luchando por una "Cataluña libre".
El líder independentista, que se encuentra fugado de la justicia española, ha acusado a la justicia española de no ser democrática y ha rechazado cualquier tipo de beneficio personal con esta rebaja de penas.
"No volveré ni esposado, ni rendido delante de un juez español por ser indulgente. Lucharé para ser libre", ha subrayado. "Yo no avalaré con mi beneficio personal una política que pretende criminalizar el anhelo de los catalanes de vivir definitivamente en un país libre".