JUICIO AL 'PROCÉS'

Jordi Sànchez le dijo al mando de los mossos el 20-S que se largara porque iba a llamar al presidente

El jefe de los antidisturebios de los mossos relata en el juicio que el presidente de la ANC, Jordi Sànchez, se portó de manera altanera y pretendía que los policías se replegaran de la Consejería de Economía el 20-S.

El mando de los antidisturbios de Mossos el 20-S ha criticado la actitud "altiva y prepotente" del exlíder de la ANC Jordi Sànchez aquel día cuando, mientras él intentaba llegar a la Consellería de Economía con su equipo, les dijo: "Trapero está loco, ha perdido la chaveta, saca a la BRIMO de aquí".

Un comportamiento que, según ha explicado el actual intendente de Mossos en el juicio del "procés", cambió "completamente" en su segundo encuentro, cuando "la prepotencia y la altanería" se tornó en una actuación "más correcta y conciliadora" y le ofreció "ayuda y colaboración" para "cambiar los ánimos de los ciudadanos" mientras él intentaba llegar al edificio. Pero antes, en su primera reunión, el intendente ha señalado que Sànchez le "exigió" que retirara a su unidad de antidisturbios (BRIMO): "Me dijo que iba a llamar al presidente, al conseller y que me iba a largar". Después, ha continuado, el exlíder de la ANC -que consiguió un escaño el 28A por JxCAT- hizo una llamada: "Se gira y me dice que en breve recibirá Trapero una llamada y nos iremos. Mi respuesta es que puede llamar al papa de Roma, que si no me da la orden mi superior, yo llego a la Conselleria".

Más tarde, en una tercera comunicación, ya a las 23.45 horas, el intendente ha señalado que Sànchez le llamó para despedirse porque ya habían desconvocado y le dijo que ya no era responsable de la gente que se quedaba. En ese momento, ha dicho, cuando ya había salido la secretaria judicial del edificio, quedaron entre 2.000 y 4.000 personas, algunas de las cuales lanzaron latas de cerveza a los agentes, y hasta él tuvo que coger un megáfono y decirles que no eran guardias civiles. Poco después, en torno a la 1 de la mañana, finalmente le ordenaron hacer uso de la fuerza, ha explicado.

El intendente ha lamentado que no pudiese cumplir la orden de sacar a la comitiva judicial de la Conselleria de Economía ("me supo mal, no, fatal"), si bien ha dicho que nunca contempló pedir refuerzos por el riesgo para los ciudadanos: "Ni que hubiera venido el séptimo de caballería" este mando hubiera actuado y ordenado a sus agentes cruzar entre la multitud porque hubiera ocasionado una avalancha, como sucedería en un concierto si se intentara llegar al escenario, ha ejemplificado.

El aquel día responsable de la BRIMO ha relatado "la confusión total" que se vivió, con órdenes cruzadas y un supuesto cordón de voluntarios de la ANC que en realidad no funcionó porque cuando él y su equipo intentaron atraversarlo, se disolvió y una botella acabó impactando en un compañero, por lo que decidieron replegarse. El intendente también ha comentado el episodio de los vehículos de la Guardia Civil, a los que intentaron acceder sin éxito a pie cuando les dijeron que había armas en su interior, si bien ha dicho que éstos estuvieron vigilados en todo momento por un helicóptero de los Mossos, desde el que vieron que estaban siendo saqueados.

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