A TRAVÉS DE UNA CARTA COLGADA EN REDES SOCIALES
Uno de los tres hijos del expresidente de la Junta José Antonio Griñán, Manuel Griñán, ha defendido la "honestidad" de su padre a través de una carta que ha publicado en su perfil de Facebook en la que señala el "martirio" que está sufriendo su padre, todo tras conocerse la petición de la Fiscalía Anticorrupción de seis de cárcel para Griñán en la conocida como 'pieza política' del caso de los ERE.
En la misiva, el hijo de Griñán señala que rompe su silencio no para hablar de política, sino de "honestidad", cuando asegura que tanto él como sus dos hermanos y su madre han pagado "un alto peaje por ser hijos de quien somos y, aunque nunca hemos ocultado quién es nuestro padre, es algo que tampoco hemos mencionado a no ser que nos preguntasen" (..) "no porque fuese algo que nos avergonzase, todo lo contrario, sino porque, nos gustase o no, condicionaba la forma en que los demás se relacionaban con nosotros. Los prejuicios son algo consustancial al ser humano".
"Muy pocos podrán decir que han dado mayores pruebas de integridad que mi padre, aunque él nunca las cuente", señala Manuel Griñán, quien cree que si su padre, en el verano de 1982, "no hubiera tomado la peor decisión de su vida, ahora no solo no estaría pasando por el martirio actual, sino que económicamente habría vivido con mucha más holgura ejerciendo su puesto de funcionario del Estado por oposición".
Prosigue afirmando que ha visto al expresidente andaluz "hacer extravagancias tales como fotografiar un décimo de lotería y enviarle un mensaje con la foto a su jefe de gabinete no fuera a ser que tocara", cuando también ha resaltado que Griñán "nunca ha sido una persona materialista y es evidente y hasta reconfortante saber que lo suyo era vocacional, aunque eso me hiciera hervir la sangra cada vez que oía aquello de que 'todos los políticos son unos mangantes".
Ha relatado que desde 1982, en su casa, "solo ha habido cinco coches, uno por década" o que "solo bajo la perspectiva de austeridad pude encontrarle razón a que mis padres no tuvieran una vivienda en propiedad hasta pasados los cuarenta años. Y que no hayan terminado de pagarla hasta casi su edad de jubilación".
Manuel Griñán reconoce que desde que conoció la nómina de su padre cuando era presidente de la Junta "he discutido mucho con él" porque "una cosa es dar ejemplo y otra muy distinta ser gilipollas". "Es cierto que esos datos eran y son accesibles tanto en el BOE como en la web de la Junta (él los hizo públicos), pero si yo, que soy su hijo, no di crédito ante tan escasa retribución para tamaña responsabilidad, dudo mucho que nadie que no conviva con él vaya a creerlo, incluso en el caso poco probable de que se tomase la molestia de consultarlo".
Y también entiende que nadie darían crédito a que "en toda su vida haya sido hombre de una sola y magra cuenta bancaria en la época de los capitales en Suiza y en Panamá" porque en casa de sus padres "los únicos sobres que se abren son los de la correspondencia, que nunca ha traído nada bueno".
"Entonces comprendí que la austeridad constituía una realidad autoimpuesta por su sentido de la responsabilidad y de la honorabilidad", y fue entonces, como agrega, cuando "sentí orgullo de mi padre, así como un gran alivio de que en política aún quedase gente con tanta integridad. Tenía argumentos para cuestionar y refutar la frase 'los políticos son unos mangantes".
Así las cosas, ha explicado que "la peor de las pesadillas vino a destrozar la vida de mi familia y nos sumió en el miedo y el insomnio" y que, si bien confiaba en que en algún momento el tiempo aflorase la verdad, "mes a mes hemos sufrido las puñaladas de la ¿justicia?, de los medios y de la asquerosa política".
"No pretendo hablar de política. Cada cual es muy libre de pensar como quiera y de juzgar como le plazca. Con este desahogo solo pretendo contar cómo es mi padre y que, al menos, mis amigos lo sepáis, porque sé que él no lo va a hacer nunca debido a su orgullo que yo llamo estupidez", sostiene Manuel Griñán.
"Nadie podrá probar que se ha apropiado de un solo céntimo"
Defiende que "nadie podrá probar jamás que mi padre se ha apropiado de un solo céntimo de los EREs. Ni él, ni un solo conocido suyo" y afirma que "quienes metieron el cazo para hacer uso ilegítimo de ese dinero son una serie de sujetos de la Consejería de Empleo bien identificados sobre los que él no tenía responsabilidad jerárquica".
Así, indica que "toda su acusación se basa en no haber cambiado un procedimiento que él no creó, aun cuando esos sujetos también malversaran dinero público por los procedimientos estipulados" y recuerda que ese procedimiento fue aprobado en el Parlamento andaluz por todos los grupos "y que, aunque la justicia lo considera ahora ilegal, el Interventor de la Junta, máxima autoridad en la fiscalización de los gastos y cuyos informes se utilizan ahora como prueba acusatoria, ha reiterado que no es ilegal sino inadecuado", cuando también señala que "ninguno de esos informes fueron de actuación, que es el mecanismo por el que se elevarían al consejero para que éste tomara medidas".
"Desde niño he oído que uno es inocente hasta que no se pruebe lo contrario pero la realidad es que durante todos estos largos años de instrucción ha sido mi padre quien ha tenido que probar su inocencia aportando infinidad de pruebas, hechos e informes que, uno tras otro, han sido ignorados por la justicia", lamenta el hijo de Griñán, quien ha censurado que se trata de la misma justicia "que no ha dudado en incriminarle en base a suposiciones, como constatará cualquiera que se tome la molestia de leer los farragosos autos".
Y prosigue indicando que "es la misma justicia que se conduce de manera diametralmente opuesta en otros casos conocidos, elevando nuestra desesperación y marchitando todas nuestras esperanzas" porque, se pregunta, "¿cómo es posible que él sea responsable y tuviera conocimiento del uso que hacían del dinero público funcionarios que no trabajaban en su Consejería, que lo consintiese aun sin beneficiarse de ello y, en cambio, el jefe directo de Bárcenas, que durante años estuvo recibiendo sobres con dinero, no supiera nada de los tejemanejes del tesorero y dirija ahora sus jaurías contra mi padre? Es la sinrazón".
"A estas alturas de desesperación por ver a mi padre en el mismo saco que otros cuyas fortunas exceden lo que él ganaría en cien vidas, solo me queda hacer esto. Algo que tendría que haber hecho hace ya mucho tiempo. Porque no es verdad que quien calla otorga. El que calla sufre", zanja en la carta el hijo del expresidente andaluz.