EXSECRETARIO GENERAL DEL PP DE MADRID
El exconsejero de la Comunidad de Madrid y exsecretario general del PP regional, Francisco Granados, cumplirá este sábado 100 días preso en la cárcel de Estremera, el centro en cuya inauguración participó en julio de 2008 y donde permanece desde el pasado 31 de octubre por haber dirigido presuntamente una "organización criminal" dedicada al cobro de comisiones ilegales a cambio de la adjudicación de contratos públicos desarticulada en la 'operación Púnica'.
Granados, exhombre fuerte de Esperanza Aguirre, fue detenido el 27 de octubre por agentes de la Guardia Civil y cuatro días después ingresó en prisión por orden del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco como acusado de delitos de blanqueo de capitales, organización criminal, contra la Hacienda Pública, tráfico de influencias, cohecho, malversación de fondos, prevaricación y fraude.
El antiguo consejero de Presidencia, Justicia e Interior entró en el centro penitenciario de Madrid VII, la última cárcel creada en la región --entonces durante el mandato de Alfredo Pérez Rubalcaba como ministro del Interior-- por ser el supuesto cabecilla de una trama de corrupción municipal y regional junto a los empresarios "conseguidores" David Marjaliza y Alejandro de Pedro o el presidente de la Diputación de León, Marcos Martínez.
La prisión de Estremera tiene una superficie de 365.730 metros cuadrados y contiene 12 módulos residenciales y cuatro polivalentes, con 1.008 celdas en total. Además cuenta con un módulo de régimen cerrado con 70 celdas, un módulo de ingresos, salidas y tránsitos con 72 celdas y un módulo de enfermería con 64 camas.
Alberga también un edificio de comunicaciones, con 41 locutorios, 22 salas para visitas de familiares y otras 22 para 'bis a bis' íntimo. Una zona deportivo-cultural, talleres productivos y formativos y un edifico de enfermería son otros de los recursos con los que cuenta la edificación.
Granados negó en su declaración ante el juez Velasco haber participado en esta trama y aseguró que la cuenta de Suiza que se le atribuye es en realidad del empresario y presunto 'conseguidor' Marjaliza, según fuentes de la defensa.