Polémica
La polémica por la compra de los test defectuosos realizada por el Gobierno en China, y que resultaron poco fiables, tiene nuevos elementos. Sanidad ha confirmado, según la Cadena Ser, que no fueron 9.000, sino más de 50.000 los que tuvieron que ser devuelto. El Gobierno, a través del responsable del del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, dice que han sido varias remesas, "el primer pedido fueron 9.000 test", pero que fueron devueltas varias más a la empresa y que van a ser sustituidas.
La embajada china asegura que le dio un listado de empresas fiables para estos aprovisionamientos y esa empresa no estaba. El Ejecutivo se defiende: dice que los compró a un proveedor nacional y que estaban homologados por la Unión Europea. El expresidente Rodríguez Zapatero, le quita importancia a este error: "Le va a pasar a todos os gobiernos, no tengo duda. Son pruebas nuevas y algún error puede haber". El ministro de Sanidad, Salvador Illa, explicaba la situación que se está viviendo con todo el mundo queriendo hacer estas compras cuanto antes de forma gráfica: "El mercado está completamente loco".
Él, como responsable de la aplicación de todos los dispositivos contra el coronavirus está en el punto de mira de la oposición, también la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. El PP exige su comparecencia y el expediente completo de la compra de los test defectuosos. El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, dice que es un jarro de agua fría, pero, sin disculpar, también reconoce que hay mucha presión en el mercado. Y el de Aragón, Javier Lambán, prefiere, "a la hora de aprovisionarse, mejor pecar por exceso".