SOBRE LAS PRESUNTAS ESCUCHAS ILEGALES
Con un semblante y una actitud más comunicativa, la vicepresidenta no puso tanta reticencia como en las ruedas de prensa anteriores a la hora de contestar sobre las investigaciones que se están llevando a cabo por presuntas escuchas ilegales cometidas en Cataluña.
Saénz de Santamaría ha mostrado su "respeto y colaboración en todo lo necesario" con la investigación, pero ha añadido que "si se confirman, son delitos muy graves y habrá que actuar con toda contundencia". Las preguntas al respecto le han servido de percha a la vicepresidenta para reiterar sus trabajos en materia de transparencia.
Aboga por un debate como un un intercambio de propuestas
Al respecto, también ha salido a colación del próximo debate del Estado de la Nación en el que Saénz de Santamaría espera que se aborden los temas que "preocupan a los ciudadanos" y ha destacado el desempleo y los problemas económicos. Además ha reiterado que ella cree que la responsabilidad sobre la corrupción "no es sólo del Gobierno, sino que la responsabilidad es de todos los que nos dedicamos a la vida política y a la función pública". Además ha lanzado un llamamiento para que el próximo debate no se convierta en "un cruce de reproches y sí en un intercambio de propuestas", porque ha matizado "lo que aburre a los ciudadanos es el 'y tú más'".
Más prudente se ha mostrado a la hora de responder sobre si la casa Real estará incluida en los criterios de transparencia ante lo que se ha limitado a contestar "que las principales casas Reales no están sometidas a ella" y remarcó que esta Ley estaba pensada en un primer momento "para las administraciones públicas".
Zanjando el tema de la corrupción la vicepresidenta ha vuelto a destacar que si las informaciones sobre las presuntas escuchas son ciertas "en el ambito público no es manera de actuar".
Preguntada sobre los rumores que advierten de posibles protestas con motivo de la gala de los Goya, Santamaría ha asegurado que "el cine merece tener su día" y ha añadido que el séptimo arte es lo suficientemente importante como para que las protestas queden "en un plano secundario".