Consejo de Ministros
Los importes para las víctimas serán de 12.000 euros por cada punto de discapacidad. El Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 "busca hacer justicia con los afectados en España".
Este martes en el Consejo de Ministros se aprobará un decreto con ayudas para las 130 víctimas de talidomida en España. Se trata de un fármaco para mujeres embarazadas que hace varias décadas causó numerosas malformaciones en alrededor de 50 países, según ha señalado el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. A partir de 1961, fue cuando se asoció las malformaciones al consumo del fármaco, aunque en España se negó su comercialización.
El Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 ha indicado que "el decreto busca hacer justicia con los afectados en España, uno de los países que más ha tardado en prestarles apoyo, dado que el franquismo silenció el asunto, optó por no actuar frente a las farmacéuticas y negó que el medicamento se hubiera utilizado en España, a pesar de que posteriormente se ha reconocido su comercialización y prescripción al menos entre 1959 y 1965".
El decreto se aprobará el próximo martes en el Consejo de Ministros y se darán ayudas a las 130 víctimas que han sufrido malformaciones causadas por el fármaco. Por cada grado de discapacidad, se darán 12.000 euros. Es decir, si una persona tiene un 25% de discapacidad, se le dará 300.000 euros.
Las ayudas se podrán solicitar desde la publicación del mismo decreto en el BOE y la gestión correrá a cargo del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), dependiente del Ministerio de Derechos Sociales.
La Asociación de Víctimas de la Talidomida en España (Avite) mantuvo una reunión hace alrededor de un mes con varios representantes de la Fiscalía para solicitar una posible apertura de una investigación por si existía prevaricación por parte de Gobierno, al no haber concedido las ayudas aprobadas en los Presupuestos de hace cinco años. Esta asociación representa a más de la mitad de los afectados que recibirán las ayudas.
La talidomida es un fármaco que fue desarrollado por la compañía farmacéutica alemana Grünenthal GmbH con el objetivo de prevenir las náuseas del embarazo en mujeres. Su uso fue detenido hace décadas debido a que causa defectos de nacimiento y cambia el crecimiento y el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos.
Una de las principales malformaciones que causa es la focomelia, una anomalía congénita que se caracteriza por la carencia o excesiva cortedad de las extremidades. En España sólo han recibido ayudas 24 víctimas por una disposición de los Presupuestos de 2009, aunque tuvo complicaciones debido a que resultaba complicado diagnosticar la relación de afectados por el fármaco.
Actualmente se emplea como un medicamento para tratar el cáncer, ya que resulta seguro para las personas adultas y únicamente debe evitarse durante el periodo de gestación.