ARGUMENTAN QUE LOS MENÚS SON EQUILIBRADOS
El portavoz de la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias, Nacho Gutiérrez, ha asegurado que en las cárceles del resto de España se come mejor que en las catalanas: "Seguramente quisieran comer en los servicios públicos de Cataluña como se come en las cárceles españolas".
El sindicalista ha respondido así a las manifestaciones del exconsejero catalán Josep Rull, que afirmó que la comida de la prisión de Estremera (Madrid) era "muy flatulenta" y que las hamburguesas que les servían estaban "quemadas".
"Si no te gusta la hamburguesa quemada, puedes cambiarla por otra", ha garantizado Gutiérrez, quien ha explicado que los presos pueden incluso repetir. Asimismo, ha destacado que en las cárceles de fuera de Cataluña se siguen criterios nutritivos y que existe una variedad de menús que no se da en las prisiones catalanas, que conoce personalmente porque trabajó en ellas en el pasado.
De esta manera, hay menús especiales para vegetarianos y para reclusos musulmanes, que deben seguir una dieta distinta por motivos religiosos. "Este señor estaría acostumbrado a comer de restaurante", ha dicho el portavoz de ACAIP en relación a las palabras de Rull, y ha añadido que los cocineros penitenciarios son todos titulados y deben tener la formación profesional requerida para ejercer como tales.
Fuentes de la rama penitenciaria de CCOO han detallado además que cada día hay un menú distinto "con calidad y equilibrio nutritivo". En este sentido, han apuntado que cada prisión tiene su propio menú, pero que "no hay diferencia" de calidad salvo en "la mano del cocinero".
"De las muchas críticas que se puede hacer de las prisiones, la comida es la menos", han subrayado desde CCOO, y han achacado a "hábitos culinarios exclusivos" de Rull sus críticas sobre la comida. Por último, CSIF Prisiones ha aseverado que en la prisión de Estremera se alimenta a unos 1.200 reclusos diarios y que la comida pasa un control de calidad conocido como 'la prueba' antes de servírsele a los presos.