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"Te miran con mala cara, el cuerpo está partido en dos. Nunca pensé que me iban a insultar por pensar distinto y estos días me ha pasado". Son algunas de las declaraciones de Mossos que se encuentran incómodos en su propio cuerpo policial.
Dicen estar hartos de no poder hacer el trabajo que les exige la Justicia. Les ocurrió el 1 de octubre: "Me molesta que me griten cosas buenas y me den flores por no hacer mi trabajo, es vergonzoso".
Piden quitarse la insignia de Mossos para siempre y colocarse la de Policía Nacional aunque saben que perderán dinero.
La posibilidad existe, según la Ley de Personal de 2015, aunque falta por desarrollar el reglamento.
"Los que pensamos diferente no tenemos cabida aquí", denuncian. Se sienten extraños en su propia casa, en Cataluña, pero no quieren que sus hijos vivan esta situación.