EXCLUSIVA DE 'LA RAZÓN'
Según han informado a La Razón fuentes antiterroristas, una vez celebradas las elecciones de mayo de 2011 –con listas proetarras o no- la banda tendrá las manos libres para volver a los atentados. De hecho, en la actualidad, y dentro de la mayor clandestinidad, trata de consolidar una mínima organización que esté a salvo de investigaciones policiales.
Por su parte, fuentes del Ministerio del Interior han señalado a este periódico que el “Gobierno desconfía profundamente de que ETA vaya anunciar su disolución o entregar las armas” y que el próximo comunicado, que se conocerá a lo largo de este mes, “será más de lo mismo”. “Si se produce algún avance, será absolutamente insignificante”.
La suspensión de “acciones ofensivas”, que podría cambiar de nombre, con el fin de aparentar buena voluntad y adoptar algunos de los calificativos de los que se viene hablando –permanente, verificable o, incluso, inexorable– tendrá una duración de un año, desde mayo pasado hasta el mismo mes de 2011. Se ajustaría, más o menos, al mismo patrón que tuvieron anteriores treguas, en las que, según recuerdan los expertos consultados, ETA siempre se dedicó a labores de reorganización.
Un documento interno de Batasuna, al que ha tenido acceso La Razón, marca las líneas de actuación para el próximo año y, de forma especial, la presentación a las elecciones municipales y forales de mayo. Los proetarras proponen poner en marcha “la apuesta política”, que ya han realizado mediante los acuerdos con Eusko Alkartasuna, a los que se han sumado otras formaciones, que exigen, entre otras cosas, la derogación de la Ley de Partidos.