SOBRE EL REFERÉNDUM DEL 1-O
Los partidos independentistas catalanes y las principales entidades soberanistas de Cataluña han abierto este jueves la campaña electoral del referéndum pese a que el Gobierno les advertido de que el acto era ilegal, y lo han hecho con un mensaje claro y unitario: "Votaremos". El escenario elegido ha sido el Tarraco Arena de Tarragona, que ha abierto su puertas con normalidad pese al aviso en contra que ha recibido de la Delegación del Gobierno en Cataluña, y se ha llenado hasta la bandera, con 9.000 personas según los organizadores.
En todos los discursos han aparecido críticas a las "amenazas" del Estado contra la votación, pero también el convencimiento de que el 1 de octubre habrá todo lo necesario para un referéndum con todas las garantías: colegios electorales, urnas y papeletas. El máximo exponente de este convencimiento ha sido el presidente de la Generalitat, Carles Pugdemont, que lo ha resumido en tres palabras: "Claro que votaremos", y ha asegurado que a estas alturas ya nadie lo duda, ni en el Estado ni en los centros de poder más importantes del mundo -ha citado los Estados Unidos y la UE-. "¿Alguien cree sinceramente que el 1 de octubre no votaremos? ¿Qué país piensan que somos? ¿Qué gente piensan que somos los catalanes?", ha preguntado Puigdemont.
El presidente catalán incluso ha recurrido a la ironía para defender sus planes: ha asegurado que no solo habrá todo lo necesario para que los catalanes vayan a votar con total normalidad, sino que ha apostado que hasta sobrará material y "se tendrá que subastar" tras el referéndum.
Movilizar el 'no'
Los independentistas ven dos cuestiones claves para el día del referéndum: que haya una alta participación y que los partidarios del 'no' también acudan a las urnas, lo que consideran que les permitiría legitimar el resultado a nivel internacional. Puigdemont ha insistido en llamar a la participación y el vicepresidente, Oriol Junqueras, ha sido el encargado de destacar que no solo es importante proclamar las bondades de la independencia, sino conseguir movilizar al votante del 'no': "Es importantísimo".
La secretaria general de ERC, Marta Rovira, y la coordinadora general del PDeCAT, Marta Pascal, han apostado por el mismo mensaje que Puigdemont, y han proclamado que el Gobierno central no les amedrentará: "El día 1 votaremos que 'sí' y ganaremos". Desde el sector 'cupaire' ha intervenido el portavoz del Secretariat Nacional, Quim Arrufat, que ha lanzado un abrazo a los "insumisos" asistentes al acto -porque según el Gobierno era ilegal- y ha tenido un recuerdo para los alcaldes que irán a declarar y los que se negarán -los de la CUP-.
Òmnium ve en las urnas el remedio al "golpe de estado del miedo"
El presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, ha proclamado este jueves la herramienta de las urnas como el remedio al "golpe de estado de miedo" que ve desde el Gobierno, en referencia a las medidas adoptadas contra el referéndum del 1 de octubre.
"Sólo el pueblo puede mantener la democracia viva ante el Estado de excepción"
Cuixart ha advertido a los asistentes de que sus enemigos son poderosos, por lo que les ha emplazado a mantenerse en pie hasta el 1-O para hacer la república que considera que los catalanes han soñado: "La república de los catalanes libres. Porque sólo el pueblo puede mantener la democracia viva ante el Estado de excepción".
El presidente de la ANC, Jordi Sànchez, ha pedido a los catalanes, por su parte, que no tengan miedo ante los recursos del Gobierno central y los tribunales contra el referéndum, y ha proclamado: "Quien tiene un problema no somos nosotros, quien tiene un problema es Mariano Rajoy".
"Quien tiene un problema es Mariano Rajoy"
Además, ha ironizado sobre que el Gobierno central diga que este acto es delito: "Estamos haciendo el mitin ilegal más importante de la historia de Catalunya". Ha pronosticado que el próximo 1 de octubre "se votará de manera clara e inequívoca en todas las ciudades del país", y ha celebrado que una de ellas sea Barcelona, después de que así lo hayan confirmado el presidente del Govern, Carles Puigdemont, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.