TIENEN QUE LLEGAR A TIEMPO PARA SER ESCRUTADOS
Este sábado es el último día que los electores residentes en el extranjero pueden remitir su voto por correo, pues la Junta Electoral Central ha ordenado que aquellos que lleven matasellos del domingo o días posteriores ya no se considerarán válidos. Otra cosa es el ejercicio del voto en urna en los consulados y embajadas, que podrá hacerse hasta las ocho de la tarde del domingo.
En un acuerdo adoptado esta semana ante las quejas de Unidos Podemos por la gestión de voto del exterior, la Junta Electoral Central ha recordado que en una circular de 2011 ya ordenó al ministerio de Asuntos Exteriores que "todos los sobres con papeletas electorales recibidos por una oficina consular, con independencia de la fecha de matasellos que tengan", sean remitidos mediante envío electoral a la oficina que se constituya en el Ministerio para centralizar los envíos, la cual, a su vez, los debe enviar de modo urgente a las Juntas Electorales Provinciales.
La JEC dejaba a estas Juntas la decisión para determinar la validez o no de estos votos, pero para estos comicios de junio, "vistos los problemas suscitados en relación con el voto de los electores residentes en el exterior", ha dado instrucciones para que se consideren válidos "todos los votos contenidos en sobres en los que conste que fueron remitidos por estos electores hasta el día anterior al de la votación, esto es, hasta el sábado 25 de junio de 2016, siempre que lleguen a tiempo de ser escrutados".
Problemas con el voto CERA
Esos "problemas" con el voto desde el extranjero ya habían obligado a ampliar todos los plazos de su tramitación, con el consiguiente riesgo de que la documentación electoral llegue más tarde al votante, y por ello la Junta ha decidido apurar el plazo para remitir los votos por correo del colectivo emigrante.
En todo caso, recuerda que el plazo para votar en los consulados y embajadas también se amplió en su momento y que puede ejercerse este voto en urna hasta las 20 horas del domingo 26 de junio, hora peninsular, al mismo tiempo que los electores que votan en España.
Según el calendario inicial, los inscritos en el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA) tenían de plazo entre el 21 y el 24 de junio para votar presencialmente en consulados y embajadas, pero el PP pidió una prórroga que fue aceptada por la Junta Electoral al considerar que "concurren circunstancias excepcionales" y para "facilitar al máximo el ejercicio del derecho de sufragio de estos ciudadanos".
En esa resolución, la JEC ya determinó que los consulados deben preparar este viernes "con la mayor celeridad posible" un primer envío a España con los sobres depositados por los electores y los recibidos por Correos hasta esa fecha, junto con el acta expedida por el funcionario consular. El Ministerio de Asuntos Exteriores recopilará todos los envíos y los hará llegar por vía urgente a las correspondientes Juntas Electorales Provinciales.
Pero además de ese primer envío, que es el que contempla la legislación electoral como ordinario, las oficinas consulares habilitadas para el voto en urna abrirán de nuevo sus puertas el sábado 25 (jornada de reflexión en España) e incluso el domingo de las votaciones para recibir tanto los votos por correo remitidos hasta ese momento, como aquellos otros que puedan presentar los electores dentro de este plazo extraordinario.
Informe sobre el voto exterior
En todo caso, y en otra resolución en respuesta a las quejas de Comisiones Obreras, la Junta Electoral Central ya avanzó su intención de redactar este año un informe específico sobre el voto desde el extranjero con la intención de elevarlo a las Cortes Generales y al Gobierno que se constituyan tras las próximas elecciones.
La JEC asegura ser "consciente" de las "dificultades y problemas que ha planteado la aplicación de la legislación electoral vigente respecto al voto de los españoles residentes en el exterior".
Reconocía así el desplome de la participación y las quejas que se suceden elección tras elección desde que en 2011 se comenzó a aplicar el llamado voto rogado que obliga a los emigrados a pedir el ejercicio del sufragio como condición 'sine qua non' para poder votar.
Este mecanismo, incluido en la reforma electoral que impulsaron el PP, el PSOE y los nacionalistas de CiU y PNV, pretendía acabar con los casos de fraude en el voto emigrante que se venían produciendo en años anteriores, pero sus efectos han provocado que casi todos los promotores del voto rogado hayan pedido corregirlo.